Los madrileños ahorran en fisios y dentistas acudiendo a clínicas de universitarios en prácticas

  • Las visitas al dentista en la Clínica Complutense se han multiplicado por siete desde 2008 y las atenciones en la Universidad Europea han crecido un 40%.
  • Los tratamientos en las facultades, realizados por los propios estudiantes de Medicina, cuestan la mitad que en las clínicas privadas.
  • "Me he hecho aparatos, empastes, de todo; ahora, me voy a hacer un blanqueamiento", dice Eva, en la sala de espera de la clínica de la Complutense.
  • "Uno de los factores del incremento de vistas es la crisis, pero también la calidad de nuestros servicios y profesores", dice el decano de Odontología en la UCM.
  • La disciplina más utilizada es odontología, pero también hay otras especialidades, como fisioterapia y podología.
Andrea Garáfulić (izq.) y Brenda Sánchez Lee, estudiantes de grado en Odontología, realizan prácticas en la clínica odontológica Complutense.
Andrea Garáfulić (izq.) y Brenda Sánchez Lee, estudiantes de grado en Odontología, realizan prácticas en la clínica odontológica Complutense.
JORGE PARÍS
Andrea Garáfulić (izq.) y Brenda Sánchez Lee, estudiantes de grado en Odontología, realizan prácticas en la clínica odontológica Complutense.

Los madrileños utilizan cada vez más las clínicas universitarias en la Comunidad de Madrid, cuyas consultas se han incrementado desde el inicio de la crisis (en 2008) un 645% en la clínica odontológica Complutense, un 1.372,1 % en la clínica de la Rey Juan Carlos, un 40% en las policlínicas de la Universidad Europea, y un 10% anual desde 2009 en la clínica universitaria odontológica CEU-HM.

Una de las preferidas de los madrileños es la Clínica Complutense, donde los alumnos de la Facultad de Odontología hacen sus prácticas.

"Me han dejado la boca mejor que profesionales, aquí me he hecho reconstrucciones, radiografías, endodoncias; yo no vengo por el precio, vengo por la calidad del servicio y la amabilidad de estudiantes y profesores", dice David, un taxista de 33 años que llegó por primera vez a la clínica Complutense hace dos años, después de que se lo recomendasen clientes y amigos.

David tuvo una experiencia fundamental que le decidió a quedarse como paciente fijo de esta clínica: "En una privada me quisieron hacer un implante muy caro, y yo vine aquí a pedir una segunda opinión: me dijeron que no era necesario, que bastaba con una reconstrucción, me la hicieron, y estupendamente".

Como David, son muchos los que en estos años de crisis, se acercaron a hacerse atender por estudiantes supervisados por profesores. Han recibido un incremento sostenido de atenciones contabilizadas, las que han subido internaualmente un 120% de 2008 (3.700 atenciones) a 2009 (8.500), un 110% en 2010 (18.000), un 21% en 2011 (22.000), un 15% en 2012 (25.200), un 2% en 2013 (25.700), y un 7% en 2014 (27.600).

"Todavía crecemos, pero mucho menos: uno no puede crecer indefinidamente", explica José Carlos Macorras, decano de la Facultad de Odontología.

No solo la crisis, también la calidad

Según Macorras, la explicación del incremento en las consultas no tiene que ver solo con la crisis, sino también con una fórmula muy valiosa; calidad a bajo precio. Por regla general, los tratamientos en clínicas universitarias suelen costar cerca de la mitad que en una clínica privada de la misma calidad.

"Uno de los factores sin duda es la crisis, pero eso solo no ha hecho que venga aquí más gente, creo que tiene que ver con la calidad que brindamos, con que nuestra normativa de seguridad, protección e higiene es sumamente restrictiva, con que tenemos instalaciones muy buenas, y la supervisión se hace muy de cerca por profesores muy seleccionados", agrega.

La clínica Complutense tiene unos 80 años y tiene la ventaja de la polivalencia: hacen de todo excepto cirugía mayor. Cuenta con 200 boxes informatizados, sistema de radiografías integrado y digitalizado, y un equipo de profesores que ha pasado unas pruebas muy exigentes para ocupar ese puesto.

"Si bien estamos en el rango más bajo de precios -aunque las franquicias a veces tienen ofertas más bajas-, somos baratos solamente porque no tenemos interés económico: nuestro único interés es que los alumnos se formen bien", explica.

La clínica Complutense ingresa algo más de un millón de euros al año, que destina íntegramente a inversión en las propias instalaciones. Este año, cuentan que les va a costar un poco más debido a la subida del IVA del 10% al 21% en instrumental sanitarios y equipos médicos.

"Por ejemplo, cada uno de estos 200 sillones cuesta 15.000 euros", explica Pepa Fontecilla, gerente de esta clínica en la que unos 100 alumnos realizan prácticas todo el año con pacientes reales.

Formación obligatoria

En realidad, las clínicas universitarias existen porque la legislación europea exige que el estudiante haga prácticas reales.

"Creo que somos los que mejor preparados salimos", dice Andrea Garáfulić, una estudiante de 21 años que cursa el 4º año de la Licenciatura en Odontología en la Complutense. Para ella, la clínica es lo mejor que le ha pasado en su carrera universitaria.

Todos los alumnos trabajan con un compañero fijo durante todo el año. Además de los alumnos de grado, también hacen sus prácticas los estudiantes de posgrado.

Como Javier Aracil, quien se especializa en periodoncia (especialidad de las encías y los huesos que sostienen los dientes)

"Tenemos muchas prácticas y profesores excelentes, este es el mejor sitio para aprender", dice mientras intentaba salvar unos implantes a Miguel Ángel, quien a sus 69 años había perdido masa ósea y estaban intentando regenerársela.

La lista de espera en las clínicas universitarias puede llegar a  ser un poco más larga que en las clínicas privadas debido a que sólo atienden por la mañana, en horario de clases, y que no lo hacen durante los festivos académicos, con lo que tienen menor disponibilidad horaria. Pero esto no ahuyenta a los pacientes.

Como Eva, de 17 años, que se hace atender en la Complutense desde los 5 años de edad: "Me he hecho aparatos, empastes, de todo; ahora, me voy a hacer un blanqueamiento".

Tampoco los padres no dudan en poner a sus hijos pequeños en manos de estudiantes y profesores. Belén es arquitecta y hace dos años que lleva a su hija de ocho a la Complutense. Llegó por el boca a boca, ya que esta clínica no hace publicidad.

"Mi cuñada traía a su hijo y me dijo que funcionaba muy bien: yo ahora digo lo mismo", cuenta.

Fisioterapia y podología, otros servicios requeridos

Si bien la odontología es la principal actividad en la que los ciudadanos se hacen atender por estudiantes en prácticas, también se han registrado incrementos en podología o fisioterapia.

Matilde Cortés, directora de la policlínica de la Universidad Europea de Madrid (donde prestan servicios de podología, óptica y fisioterapia, y que trabaja conjuntamente con su clínica odontológica), lo deja claro: “Tenemos un incremento de pacientes sostenido desde hace unos seis años".

Las dos clínicas de la UEM atendieron unas 130.000 consultas en todas sus especialidades en 2013 (último año contabilizado), con un crecimiento del entorno del 40% respecto a 2008.

Según Cortés, este crecimiento se debe a que los precios son más baratos, y que a eso se llega sin que los pacientes noten una merma en la calidad.

"Estamos siempre habltando comparando calidades: nosotros ponemos los mejores materiales, de altísima calidad, solo en ese sentido somos baratos", explica.

"Nuestros materiales son de primera, nuestros tratamientos están basados en la innovación y en enseñar a los procedimientos más avanzados, eso nos diferencia de las cadenas, en las que solo se fijan en criterios comerciales", explica, destacando también la importancia del boca a boca, que les reporta el 80% de sus visitas.

Otro centro que crece es la clínica universitaria HM, donde hacen prácticas los alumnos de Odontología de la privada Universidad San Pablo-CEU. Abrió sus puertas en 2009, y desde entonces su cartera de pacientes aumenta a un ritmo del 10% anual, según el director de la clínica, Pedro Fernández Domínguez, quien puntualiza que atienden una media de 50 pacientes por día con una ratio de un profesor cada cuatro alumnos.

Otra clínica de una universidad pública que experimentó un gran crecimiento desde el inicio de la crisis es la de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), que pasó de 1.888 citas en 2008 a 27.794 en 2014 (un incremento del 1.372,1%). Si bien odontología aglutinó el 81,8% de las citas en 2014, también brindan atención en psicología, radiología, enfermería, fisioterapia y medicina estética.

En Madrid también imparte la carrera de Odontología la universidad privada Alfonso X El Sabio, que no proporcionó datos de atenciones en sus clínicas.

En fisioterapia, el precio de las sesiones de las clínicas universitarias se encuentra en el rango bajo de las de centros privados. Aunque la Seguridad Social cubre tratamientos de fisioterapia, suele tener una lista de espera de dos o tres meses, por lo que las personas que no pueden esperar, tienen que acudir a opciones de pago.

En este caso, Cortés subraya que, al igual que en el caso de la odontología, la ausencia del criterio de maximización económica hace que las sesiones de su clínica universitaria sean de un cuidado especial para el paciente.

Comparativa de referencia entre clínicas universitarias y privadas de calidad

Empaste simple                     20 euros                50 euros

Endodoncia  simple              50 euros                120 euros

Ortodoncia invisible             2.200 euros           3.000 - 6.000 euros

Férula de descarga                100 euros              200 euros

Fisioteriapia (sesión)             25-30 euros          30-50 euros

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