Toca cenar con la empresa y por muy atrevida o lanzado que se sea no es el momento de vestirse como si no hubiera mañana.

Ojo al look tigresa: escotazo, minifalda, estrecheces, estampados... No es el día, salvo que se quiera ser el tema de conversación de toda la oficina. Y ellos, prudencia también, que no se quedarán fuera del inevitable mundo del cuchicheo.

Las miradas también se centran en ellos: el patrimonio rumores no es exclusivo para ellas.

Infalible para ambos el consejo de Maribel Lobato (directora de que-guapa): "Tendremos en la misma mesa o cerca al director general o al de RRHH, y la impresión que demos posiblemente convivirá con nuestra imagen en la empresa, y no queremos ser la "comidilla" de ese día y los siguientes.  Incluso puede quedarnos la etiqueta de por vida".

Adiós a los escotazos delanteros o en la espalda y mucho menos combinados con minifalda o pantalón tubo. El rollo 'embutimiento' mejor dejarlo, si es que se es de ese gusto, para diferente evento.

La discreción en estas fechas suma puntos, lo que no significa, matiza Lobato, que haya que ser soso, aburrido y demasiado clásico. Ir elegante y moderno es posible.

Un infalible para ellas, ya sea comida o cena, pasa por una falda midi o pantalones pitillo, blusa y botines de tacón o zapatos abotinados. Este conjunto unido a un buen abrigo de pelo o paño (el negro combina con todo) no falla.

Para animarlo, recomienda Maribel: los complementos. Puede ser una cadena o un collar o unos favorecedores pendientes o un pañuelo con algún brillo o lentejuela. "De todas maneras: brillos y lentejuelas, por muy navideños que sean, no son la mejor opción para estas ocasiones. Si se llevan, en pequeñas dosis: sólo en los complementos. Un toque que alegre, y algo festivo, nada más".

El negro como color es el rey, no falla, pero el rojo y el azul también dan juego. No obstante, ante la duda: negro. Un vestido negro, incluso gris (es uno de los colores de la temporada) entallado salva seguro la ocasión. Que corra de la mano de pendientes o collar o fulares la 'alegría' del look.

"La clave es ir sofisticada sin pasarse de sexy", resume Lobato.

Un modelo que para ellos es difícil que falle consiste en vaqueros y americana o pantalón de vestir y jersey fino, eso sí, hay que saber combinar los colores. Pantalón gris con jersey fino de pico negro o al revés no fallará.

Si se opta por el clásico vaquero, es preferible dejar ese día el roto en casa. Y en cualquier caso: las zapatillas, por muy urbanas y caras que sean, quedan totalmente fuera de juego.

Si la etiqueta no permite salirse del traje, adelante, pero adiós a la convencional corbata para la cena de empresa.

En cuestión de colores para el traje: gris o azul, y el estampado rey: las rayas.

La minifalda debería quedarse colgada en el armario en estas ocasiones, pero si se opta por ella una buena manera de salvar el look es usar medias oscuras muy tupidas. Lo que no tiene cabida es la falda corta con medias transparentes.

Obviamente, igual patrón para los shorts: no es el día para lucirlos.

"Olvida los escotes, las minifaldas extremas y las espaldas descubiertas, ojo con las transparencias y nada de excesos en el print y el cuero", señala la estilista de que-guapa.

Tampoco hay que pasarse por el otro lado e ir a comer o a cenar como si fuéramos a comprar el pan. Ni calzado deportivo ni camisas vaqueras ni un jersey gordísimo con un pantalón enorme.

No importa lo casual que sea el look habitual, ese día mejor será optar por la prudencia. Difícil saber qué extremo es peor tocar: si el colmo de la desmesura y el empingorotamiento o su contrario.

No es día tampoco para experimentar con pajaritas. "Si quieres ponerte algo, opta por una corbata fina de lana, no fallará", recomienda Maribel.