Tres acusados se reconocen miembros de los Latin en el juicio a la cúpula de la banda

  • Niegan haber participado en agresiones, amenazas o coacciones.
  • Uno de los que ha confesado es el supuesto líder, Eric Javier Jara.
  • Se enfrentan a penas de hasta 9 años de prisión.
Miembros de los Latin y el líder de la banda, Eric Javier Belaustegui Jara (ARCHIVO)
Miembros de los Latin y el líder de la banda, Eric Javier Belaustegui Jara (ARCHIVO)
Miembros de los Latin y el líder de la banda, Eric Javier Belaustegui Jara (ARCHIVO)

Los tres supuestos máximos dirigentes de la banda Latin Kings en España -Eric Javier Jara, José Fabricio Icaza y María Torres Oliver- reconocieron hoy ser miembros de esta organización, pero negaron estar implicados en cualquier tipo de agresión, amenazas o coacciones hacia personas, dentro o fuera de su grupo.

Así lo aseguraron estos tres acusados en el juicio que comenzó hoy en la Audiencia Provincial contra catorce ecuatorianos acusados de integrar la cúpula de la banda en España.

El fiscal pide 7 años de prisión para Jara e Icaza y 9 para Oliver, mientras que para el resto solicita entre 3 años y 9 meses y 8 años por asociación ilícita, coacciones, amenazas y lesiones.

El supuesto fundador de la banda, Eric Javier Jara, negó pertenecer a ninguna "banda, pandilla u organización criminal", pero dijo que sí formaba parte de "un grupo de personas con el fin de fomentar objetivos comunes" y ayudarse entre ellos y agregó que, al igual que otros grupos, tenían su "tesorero", además de un "vicepresidente y presidente, elegidos democráticamente".

Mecánico, jardinero y albañil

Jara llegó a España en el verano de 1999 y pasó por diversos trabajos -mecánica, jardinería, construcción- hasta llegar a "casi dirigir una empresa de marketing", que es para lo que había estudiado en la universidad.

Según el fiscal, Eric Javier Jara fundó, en 2000 en Galapagar, la Sagrada Tribu América Spain (STAS) de la Todopoderosa Nación de los Reyes y Reinas Latinos (ALKQN).

Para ello, Jara, que era el máximo dirigente o "padrino", adaptó el "manifiesto" o norma fundacional de la banda en Ecuador.

La banda fue evolucionando hacia una "estructura fuertemente jerarquizada" constituida por diveras células en Madrid y Cataluña, en las que había varios escalones denominados "leones", "sagrados", supremas" y "oficiales", entre otros. La banda tenía como enemigos a los Ñetas.

El acusado negó haber fundado la Nación, como le acusa el ministerio público, y aseguró que nunca presionó "a nadie", ni ordenó ninguna agresión, ya que en su grupo se prohíbe "cualquier agresión verbal, física o moral" hacia cualquier persona.

Culpan a la prensa

Para este acusado, el temor que la gente pueda tener hacia los latin kings procede de la "alarma" creada por los medios de comunicación. "Sacan cosas que no tienen nada que ver con nosotros, mucha gente se lo cree y muchos otros ganan dinero", dijo.

Jara recalcó que en su grupo está prohibida "cualquier agresión, el consumo de drogas, robar, faltar el respeto a los padres" y añadió que "se debe trabajar o estudiar", así como respetar la naturaleza y dijo que cuando se reunían hablaban de problemas económicos, a dónde podían ir a bailar, etc.

Preso muy peligroso

Icaza, King Baby Black -en prisión en régimen especial de máxima seguridad-, también reconoció ser miembro de la banda. "El objetivo era ayudarnos entre nosotros mismos por la discriminación que había", aseguró.

Este acusado añadió que en la banda "nadie manda a nadie, todos somos unos solo" y agregó que el objetivo es "combatir el racismo", insistiendo en que "contra los españoles no hay nada".

En cuanto a su ex novia e imputada María Torres Oliver, Icaza aseguró que ella era "la menos indicada para estar aquí".

Madrina como "concepto mitológico"

Oliver, de nacionalidad española, afirmó ser miembro de las latin queens y dijo que "las chicas" la denominaron "Madrina" como "concepto mitológico" porque fue la primera mujer en entrar a la Nación, en la que ella "ayudaba, orientaba y coordinaba" a las jóvenes.

"La lucha contra el racismo, el apoyo a los más necesitados, el progreso y la ayuda a los inmigrantes" eran, según Oliver, los objetivos de la organización en la que ingresó en el año 2000 y decidió abandonar en el 2001 porque no le gustó "el cariz que estaban tomando las cosas", aunque insistió en que nunca vio una paliza ni un acto violento.

La acusada reconoció que en la banda había un "machismo institucionalizado", pero aseguró que no seguían "ritos ni pautas de los hombres" y explicó que las mujeres eran "el apéndice de la organización": no tenían poder, pero no eran maltratadas ni se abusaba de ellas.

Ayuda a los más necesitados

Según Torres, el dinero que recaudaban lo destinaban a "los niños de la organización, cestas de comida, pañales, libros" y además "se ayudaba a quien se podía", negando que fuera para drogas, armas o minutas de abogados que defendían a los dirigentes en prisión, como señala el fiscal.

María Torres afirmó que en una ocasión se entrevistó con el abogado de la asociación legal de los Latin Kings en Barcelona, pero dijo hoy que a ésta le están aconsejando desvincularse del presente proceso.

Los tres acusados dijeron desconocer por qué aparecen como miembros fundadores en el manifiesto que reúne las normas de la banda como agredir a sus enemigos los ñetas, algo que también negaron alegando que algunos de ellos eran sus amigos.

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