La cerveza hecha en casa sabe a cariño y dedicación

David, de la tienda Cervezorama, examina una de sus creaciones
David, de la tienda Cervezorama, examina una de sus creaciones
RAFA ZAMORA
David, de la tienda Cervezorama, examina una de sus creaciones

Ha llegado el momento más esperado. Un mes después de dedicar toda una mañana a elaborar su primera cerveza artesanal, una vez embotellado y fermentado el preciado líquido en el garaje, Alfredo y sus amigos brindan con su primera cerveza artesana hecha en casa. "Pruébala tú primero, que para eso es tu cumpleaños", le conmina su pareja. Tras llevarse el botellín a la boca y dar un primer sorbo, se hace un silencio. Hay expectación en el ambiente. "Está buenísima", sentencia. Todos celebran el éxito. Parece que los 23 litros que han fabricado van a tardar poco en desaparecer.

"El proceso de elaborar cerveza en casa es realmente sencillo", explica Victoria Orejas, de Micromalta, la empresa a la que Alfredo y sus amigos compraron el equipo de iniciación por 95 euros. A través de Internet cualquiera puede hacerse con un kit básico para hacer cerveza de todas las clases imaginables: negra, rubia, tostada... y en todas sus variedades: bitter, lager, india pale ale...

Solo hacen falta tiempo, ganas y un par de utensilios básicos de cocina, como una buena olla. "Es como cocinar: se disfruta muchísimo haciéndolo", apunta Victoria. Lleva comprobando de primera mano la satisfacción de sus clientes desde que puso en marcha el negocio, hace más de diez años. Un fenómeno que va en aumento, a imagen y semejanza de otros países europeos, donde es muy habitual que familias enteras agasajen a sus invitados con su propia cerveza, de la que a menudo se autoabastecen.

Abel ha decidido seguir ese mismo camino, y se ha convertido en autosuficiente en materia cervecera. Para ello ha transformado su piso en su fábrica particular. "Empecé a hacer cerveza hace solo un año, pero me gustó tanto que desde aquel momento he dejado de comprarla envasada en el supermercado", explica con visible orgullo. ¿Curiosidad, sibaritismo o amor por la filosofía del ‘hazlo tú mismo’? "La razón principal fue conocer bien lo que bebo, pero hay algo más: hacer cosas por mí mismo me aporta una experiencia que no cambiaría por nada del mundo".

A todo ello se añade una cuestión fundamental: el mimo por los detalles. El secreto del éxito a la hora de hacer una buena cerveza está también en el cariño que se le ponga. Abel lo confirma. "Aunque cualquiera puede hacer cerveza en casa, el empeño y la dedicación que le pongas hará que la cerveza sea buena o muy buena. Lo mejor es que cada uno puede llegar tan lejos como quiera o necesite, pues los primeros resultados ya son muy buenos".

La bebida más antigua y la más consumida

Esa especial satisfacción que se obtiene al degustar una bebida que ha salido del esfuerzo propio es, sin duda, una de las principales claves de su éxito. Pero siempre se puede ir un poco más allá: hay quien renuncia a adquirir este tipo de kits y se decanta por llevar a cabo el proceso desde el principio, partiendo del grano, lo que conlleva algo más de pericia. David, uno de los propietarios de la tienda Cervezorama, ubicada en el madrileño barrio de Malasaña y dedicada a la importación y venta de cervezas de todo el mundo –además de los mencionados kits–, se embarcó en ese proceso, significativamente más complejo. "Hacer cerveza de forma tradicional o ‘a todo grano’ [como se denomina en el argot cervecero] requiere un conocimiento más amplio y cierta preparación", explica. "Sin embargo, con un poco de práctica y  ganas acabas haciendo muy buenas cervezas".

La cerveza, considerada la bebida más antigua del mundo, es también la más consumida tras el agua y el té. En España lidera el consumo de bebidas alcohólicas, con una media de 83 litros al año por habitante, lejos de los 156 de la República Checa o los 116 de Alemania, aunque por delante de países como EE UU o Portugal. Un dato más que significativo.

¿Podría la cerveza casera llegar a representar una amenaza para las marcas del sector? Desde la Asociación Cerveceros de España, que representa a los principales productores, lo tienen muy claro: en absoluto. "El auge de este tipo de iniciativas solo demuestra un interés cada vez mayor por esta bebida milenaria", explican. "La producción doméstica está destinada únicamente al consumo propio y es ocasional". David tampoco ve la amenaza: "El homebrew es un hobby. Pensar que puede representar una amenaza para alguien sería como creer que una persona que cocina muy bien puede perjudicar a los restaurantes. Se trata solo de superación, de conseguir un lote magistral y compartirlo con otros homebrewers".

Pasos principales para elaborar cerveza en casa

  1. Hervir la malta: Se hierven 4 o 5 litros de agua. Cuando rompe a hervir se le añade el contenido de las latas de extracto de malta. La malta ya viene lupulizada, por lo que es recomendable no añadir lúpulo para no amargar demasiado la cerveza.
  2. Rehidratar la levadura: Se hierve un vaso de agua para esterilizarlo. Se deja que baje a 27 oC. Se añade el sobre de levadura y se espera 15 minutos. Una vez aparecen las burbujas, se añade al fermentador para que comience la fermentación.
  3. Fermentación: Proceso clave del que depende buena parte del éxito final. El preparado ha de mantenerse durante una semana en un lugar oscuro, fresco y seco. La temperatura ideal, entre 18 y 24 grados para cerveza tipo ale, y entre 12 y 18 para lager.
  4. Trasvase al segundo cubo: El trasvase de un cubo a otro se hace para evitar que la cerveza coja un regusto a levaduras y también para que la cerveza sea más transparente a la hora del embotellado.
  5. Embotellado: A la hora de realizar el embotellado de la cerveza que hemos preparado en casa es imprescindible utilizar botellas de vidrio retornable, ya que soportan mucho mejor la presión. De lo contrario, podrían estallar.  
  6. Maduración: El plazo mínimo para poder consumir la cerveza casera es de dos semanas. Sin embargo, cuanto más dejemos madurar la cerveza en la botella, mejor sabrá. Un mes es un periodo más que apropiado.
  7. Degustación: Es el paso más sencillo de todo el proceso... y el más placentero. Solo o rodeado de amigos, abre tu cerveza, dale un buen trago, saboréala y piensa en qué puedes mejorar de cara a la siguiente producción.
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