Vivimos en una época de etiquetas tan volátiles que hay que pensárselo dos veces antes de ponerle nombre a un festival.El consabido sufijo rock, muy socorrido al acoplarlo al acrónimo del municipio, se queda corto para englobar la diversidad de estilos que reina en estos tiempos de mescolanza generalizada. Los desaparecidos Sober fueron los que inauguraron este festival hace cuatro años y Siniestro Total les cogió el relevo en la segunda edición. Hasta ahí, supremacía de guitarras, pero al año siguiente Ojos de Brujo oficiaban de primer espada y ya se intuía que el género se iba diluyendo. Para no pillarse los dedos, de aquí en adelante, mejor llamarlo Zubimúsica y así cabe de todo.