Con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, cinco barrios se han alzado en pie de guerra por distintos motivos. En concreto, faltan nueve meses para unos comicios locales que se antojan más inciertos que nunca, y los problemas no hacen más que multiplicarse para el equipo de Gobierno del PP en varias zonas en las que los vecinos han alzado la voz.

Benicalap. Un sector del barrio protesta ante la construcción de un centro asistencial de Casa Caridad en la avenida Ecuador que albergará un centro de acogida para convalecientes sin recursos, además de un comedor social y una escuela infantil. El Ayuntamiento cedió una parcela a la ONG en una zona residencial haciendo una modificación del Plan General y los vecinos se enteraron del proyecto cuando arrancaron las obras. Así, han constituido una plataforma vecinal que cuenta ya con 600 socios y piden que se construya en otra parcela más alejada de viviendas y colegios porque piensan que este recurso hará de efecto llamada entre indigentes y toxicómanos y que sus hijos no podrán transitar de forma segura por el barrio. Desde Casa Caridad han negado que se vayan a producir problemas.

Pedanías del Sur. También los vecinos de El Saler, El Palmar y El Perellonet se vienen manifestando para exigir que sea la EMT y no una empresa concesionaria de la Generalitat la que les dé servicio de autobuses que les conecte con Valencia, ya que el billete sencillo de estos buses cuesta 2,50 euros (1 euro más caro el de EMT) y además no pueden hacer trasbordo con el mismo bono o billete. Además, las frecuencias de paso son muy escasas. Por eso exigen que sea la EMT la que se haga cargo ahora que la concesión ha expirado. Sin embargo, de momento la entidad se opone.

Benimàmet. Los vecinos siguen rechazando el proyecto del Ayuntamiento para urbanizar los terrenos por donde pasaba el metro en superficie y exigen un parque lineal con más zonas verdes y menos asfalto y cemento.

Cabanyal. Los vecinos del Cabanyal mantienen su oposición frontal al nuevo proyecto aprobado por el Ayuntamiento ya que mantiene la prolongación de Blasco Ibáñez a través del barrio. Exigen un nuevo plan consensuado que no suponga expolio.

El barrio de Nazaret es uno de los grandes olvidados de Valencia, pese al sacrificio que hizo cuando el año 1986 el Ayuntamiento y el puerto acordaron la expansión del recinto portuario a costa de la playa del barrio. Según la asociación de vecinos, "ninguna de las medidas acordadas entonces para proteger Nazaret se han cumplido". Entre ellas, destacan que "el último tramo del cauce del río sigue estando contaminado y el suelo de la fábrica de aceites desmantelada que debía ser una zona verde se la ha apropiado el puerto". Por este motivo, aseguran, estudiarán "emprender protestas".