Una nueva plaga de escarabajo del olmo se extiende por Madrid y causa molestias a los vecinos

  • Fuentes municipales han confirmado que han recibido multitud de llamadas vecinales en el 010 quejándose de la presencia de este coleóptero.
  • "Es bastante desagradable que se metan bichos por la ventana de tu casa. Hay gente mayor que está histérica", dicen desde la AA. VV. La Nueva Elipa. 
  • Los jardineros municipales se quejan de la falta de personal y de medios: "Han empezado a fumigar cuando ya se ha extendido la plaga".
  • Los efectos de su actuación también se han notado en otros puntos de la región, concretamente en Leganés, Móstoles, Alcorcón y Fuenlabrada.
Un ejemplar de escarabajo galeruca, sobre una hoja de olmo atacada por el insecto, en Entrevías (Vallecas).
Un ejemplar de escarabajo galeruca, sobre una hoja de olmo atacada por el insecto, en Entrevías (Vallecas).
JORGE PARÍS
Un ejemplar de escarabajo galeruca, sobre una hoja de olmo atacada por el insecto, en Entrevías (Vallecas).

Un pequeño insecto del tamaño de un botón tiene bastante molestos en los últimos tiempos a los vecinos de Madrid. Se trata del escarabajo galeruca (conocido por el nombre científico de galerucella luteola), que se ha extendido de nuevo por toda la capital y parte de la región y está atacando con dureza a los olmos, como ya sucediera el año pasado, según han confirmado a 20minutos fuentes de la jardinería municipal.

Las primeras alarmas llegaron desde el sur y el este de la capital. Vecinos de los distritos de Moratalaz, Vallecas, Vicálvaro, Carabanchel o Ciudad Lineal comenzaron a denunciar en agosto las molestias que suponían la convivencia con estos coleópteros.

"Es bastante desagradable que se metan bichos por la ventana de tu casa cuando estás sentado tranquilamente en el sofá", señala Antidio Vinuesa, presidente de la Asociación de Vecinos La Nueva Elipa. "Hay gente mayor que está histérica. Aparecen tantos por la calle que los tenemos que recoger a montones con el recogedor", añade.

Fuentes municipales han confirmado que han recibido multitud de llamadas vecinales en el 010 quejándose de la presencia de este insecto, cuya acción provoca la caída de numerosas hojas, algo que puede ocasionar accidentes al pisarlas.

Los efectos de su actuación también se han notado en otros puntos de la región, concretamente en Leganés, Móstoles, Alcorcón y Fuenlabrada.

El aspecto que deja el escarabajo galeruca tras su paso es similar al de los árboles en otoño. "Las larvas se alimentan de la savia y la clorofila de las hojas, que se quedan sin color. Luego, los adultos se comen las hojas formando unos agujeros muy  característicos. De esta forma, las hojas se caen y el árbol toma un aspecto marchito y se debilita, facilitando que pueda enfermar por la actuación de algún hongo", explican jardineros municipales.

Las mismas fuentes han asegurado que se están llevando a cabo tareas de fumigación, pero que "han empezado cuando ya se ha extendido la plaga". Si a esto le unimos la falta de personal y de medios y la velocidad de reproducción de esta especie, acabar con este insecto resulta una tarea muy complicada. "Además, nosotros solo fumigamos los árboles municipales, por lo que si no se tratan los privados el problema nunca va a desaparecer", agregan.

Inofensivos para la salud

Sin embargo, estos insectos no son peligrosos. "Son inofensivos para la salud humana y no ponen en peligro la supervivencia de los olmos", aclara César Javier Palacios, naturista y miembro de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente. "Estos árboles están acostumbrados a sufrir estas plagas y precisamente lo peor que se puede hacer en estos momentos es tratarlos con pesticidas, ya que también acabas con los insectos que son positivos y afectan a la salud de las aves", advierte Palacios, quien afirma que con una buena prevención se podría haber controlado la plaga.

Este diario se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Madrid para saber si se producirán actuaciones adicionales contra la plaga y conocer si se ha llevado a cabo algún tipo de plan de prevención dado que este problema lleva afectando varios años a los vecinos, pero no ha obtenido respuesta.

El problema no desaparecerá con el frío

La molesta presencia de este coleóptero tiene fecha de caducidad. El calor y la ausencia de lluvias son los elementos clave para su reproducción-hasta cuatro veces entre junio y octubre-, por lo que con la llegada del frío su presencia desaparecerá, en apariencia.

"Eso no quiere decir que se elimine su población. Los huevos ya estarán puestos para el próximo año", sentencia Francisco Macías, presidente de la Asociación Empresarial de Sanidad Ambiental de la Comunidad de Madrid y miembro de la patronal Anecpla.

"La única manera de tratar con eficacia esta plaga sería que el Ayuntamiento impulsase una campaña de prevención específica en la que se empleasen productos fitosanitarios tradicionales. Actualmente, el Consistorio de la capital aplica en estos casos una normativa de uso sostenible que es más económica y que no contempla esta posibilidad", concluye.

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