La expresión insulsa de Hello Kitty ha acaparado a lo largo de los años tazas, peluches, pelotas, por no mencionar los productos más extravagantes, como un ferrari, aceite para coches, un avión, bolsos caros de Judith Leiber, toallitas sanitarias o ropa interior para hombres, como publica Los Angeles Times.

La fuerza cultural de este icónico y adorable dibujo, que comenzó su andadura en un monedero de Japón en 1974 —producido por Sanrio—, llegó a los Estados Unidos dos años más tarde. Y desde entonces, se ha convertido en parte fundamental de la cultura popular mundial.

Este otoño, viajará a Los Ángeles para protagonizar una exposición en el Museo Nacional Japonés Americano, que explorará el arte, el merchandising y la moda que ha surgido a lo largo de los años alrededor del universo Kitty. El grado de fanatismo, sin embargo, no se queda en la exposición. La primera convención de Hello Kitty, que se celebra con motivo del 40 aniversario, abrirá sus puertas en el Museo de Arte Contemporáneo, del 30 de octubre al 2 de noviembre.

Christine R. Yano, antropóloga de la Universidad de Hawai y profesora en la Universidad de Harvard, ha pasado años estudiando este fenómeno. La autora de Pink Globalization: Hello Kitty's Trek Across the Pacific considera que los rasgos ilegibles de Kitty (que por lo general no tiene boca), además del merchandising inteligente, han ayudado a cultivar la personalidad del personaje.

"Hello Kitty funciona y tiene éxito por la inexpresividad de su diseño," dice Yano. "La gente ve en ella la posibilidad de una amplia gama de expresiones. Puede darle una guitarra, ponerla en el escenario o retratarla como es. Esa inexpresividad atrae a muchos colectivos diferentes".

Yano, que está inmersa en la elaboración de los textos para los espectáculos de la convención, descubrió a través de Sanrio algunas de las incógnitas que han estado presentes en torno al muñeco.

Hello Kitty no es un gato: "Hello Kitty es un personaje de dibujos animados. Una niña. Una amiga. Pero no es un gato. Nunca ha caminado a cuatro patas. Incluso tiene un gato como mascota que se llama Charmmy Kitty ", sentencia la antropóloga.

Hello Kitty es británica: "Kitty se llama en realidad Kitty White, hija de George y Mary White, y tiene una hermana gemela. Es escorpio, le encanta el pastel de manzana y es una estudiante de tercer grado que vive a las afueras de Londres", explica. El muñeco surgió en la década de los 70, cuando las mujeres japonesas estaban en Gran Bretaña, país que representaba para ellas la infancia idealizada por excelencia. Por ello la biografía se creó siguiendo los gustos de la época.

Hello Kitty tiene un significado especial para los asiáticos-americanos: "Cuando Hello Kitty llegó al país, a mediados de la década los 70, empezó a comercializarse en enclaves asiáticos: barrios chinos, Japantowns, etc", relata la autora. "Muchos de ellos aseguran que ven al muñeco como un marcador de identidad".