Castilla y León cuenta con 683.584 hectáreas forestales certificadas, lo que supone más del 40 por ciento de las cerca de 1,7 millones existentes en toda España y más del 20 de la superficie arbolada de la Comunidad.

Así lo ha señalado este viernes el director general de Medio Natural de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, quien ha presentado los resultados de la auditoría realizada por Aenor bajo los criterios de sostenibilidad del Programa de Reconocimiento de Certificación Forestal de España (PEFC).

La certificación forestal garantiza al consumidor que cualquier producto forestal —madera, corcho o resinas— procede de un bosque gestionado de manera responsable y sostenible. El cumplimiento de los requisitos de la certificación es evaluado por una auditoría externa en base a estándares internacionales basados en seis grandes indicadores como son el mantenimiento y mejora adecuada de los recursos forestales y su contribución al ciclo global del carbono; de la salud y vitalidad de los ecosistemas forestales; de las funciones productivas de los montes; de la diversidad biológica en los ecosistemas forestales; de las funciones de protección en la gestión del bosque especialmente, suelo y agua, y de otras funciones y condiciones socioeconómicas.

Las 683.584 hectáreas certificadas alcanzadas en 2014 corresponden a 745 unidades de gestión y supone 20.000 más que el año anterior, con una tendencia, por lo tanto, al alza.

Todos los montes certificados cuentan con su correspondiente instrumento de ordenación forestal, que es "la mayor garantía" de la adecuada gestión que se lleva a cabo en dichos terrenos forestales, los cuales son aprobados por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente.

De los 9,4 millones de hectáreas que comprende la superficie de Castilla y León, cerca de cinco millones (51 por ciento) son terrenos forestales, tres millones de los cuales corresponden a masa arbolada.

Actualmente la Comunidad cuenta con 830.487 de esas hectáreas arboladas bajo un sistema de ordenación, la primera de España en superficie ordenada —también en certificación—, una actividad que se realiza desde hace casi 150 años, con montes como los de Valsaín y la Garganta del Espinar en Segovia o el pinar de Antequera en Valladolid. Por provincias, Burgos es la que dispone de mayor superficie ordenada con 147.701 hectáreas, seguida por Segovia, León y Soria.

PLANIFICACIÓN

Dicha planificación forestal consiste en la organización en el tiempo y el espacio de los aprovechamientos y las mejoras en el territorio bajo unas premisas de persistencia de las masas forestales (para que éstas continúen después de ser aprovechadas) y la sostenibilidad de las producciones que de ellas se obtienen.

De las 830.487 hectáreas ordenadas —un 28 por ciento de la superficie arbolada y un 17 de la forestal de la Comunidad—, el 86 por ciento, 714.349 hectáreas, corresponden a la gestión pública. Con esto, Castilla y León se sitúa por encima de la media nacional, donde sólo está ordenada un diez por ciento de la superficie forestal.

José Ángel Arranz ha subrayado las ventajas de la ordenación desde el punto de vista de la propia gestión, por la simplicidad en la concesión de aprovechamientos como maderas o leñas; desde el punto de vista fiscal, dadas las exenciones en el IRPF y el IBI que conlleva, y desde el punto de vista administrativo, pues implica una prioridad para acceder a subvenciones de montes privados.

Por lo que se refiere a la superficie certificada, el 93,7 por ciento de las casi 700.000 hectáreas son gestionadas por las administraciones, frente al 6,3 de gestión privada. Burgos, con un 20 por ciento, y Soria, con un 19, son las provincias con mayor superficie adscrita, mientras que León es la que cuenta con un mayor número de unidades adscritas, 228.

En este sentido, la secretaria general de PEFC España, Ana Belén Noriega, ha subrayado el "compromiso de gestión continuada" que supone la certificación, algo que ha asociado a "empleo de larga duración y calidad", al tiempo que ha animado a los propietarios privados a optar por la certificación ya que los productos con este sello gozan de "un mayor valor en las subastas".

Por su parte, el director general de Medio Natural ha indicado que en unos años Castilla y León podrá superar el millón de hectáreas porque "los montes cada vez son más productivos" y tratarán que esos productos "salgan con certificado".

Asimismo, el representante de la Mesa Intersectorial de la Madera —que agrupa a propietarios de montes, empresas transformadores, la Federación Regional de Municipios y Provincias (FRMP) y los productores de biomasa (Avebiom)—, Javier Díez, ha reconocido que ellos son "los primeros interesados en que haya certificación".

Datos de producción

Una vez analizados los datos de las producciones forestales autonómicas del ejercicio 2013, se ha cortado en Castilla y León aproximadamente 3,3 millones de metros cúbicos de madera y biomasa forestal, que se corresponden con unos 2,2 millones de metros cúbicos de maderas y 1,1 millones de metros cúbicos equivalente de leñas y biomasa.

De esta cantidad, 1,85 millones de metros cúbicos corresponden a coníferas, 0,5 a chopos y 0,85 a otras frondosas. En cuanto a tipo de propiedad, 1,8 millones de metros cúbicos provienen de montes en régimen de gestión pública —gestionados por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente— y 1,4 de gestión privada.

En lo que se refiere a madera, los 2,2 millones de metros cúbicos de 2013 son superiores en un 50 por ciento a la media del quinquenio. Cabe recordar que una parte considerable se debe al efecto del incendio de Castrocontrigo (León), que supuso ese año algo más de 0,4 millones de metros cúbicos. Si se analiza sólo el dato de madera de coníferas, que en su 85 por ciento es de montes de gestión pública, en este año habría 1,7 millones de metros cúbicos, por encima de la cifra más alta de la historia reciente, que se alcanzó en 2010 y fue de 1,28 millones de metros cúbicos, un 25 por ciento menos. En estos momentos el nivel de extracción medio en pinares de montes de utilidad pública supera el 60 por ciento del crecimiento.

El valor estimado directo para esta producción ronda los 43 millones de euros. Se trata de valores en pie de los productos, es decir, antes de la recogida, por lo que no son directamente comparables con las valoraciones de otras producciones agrarias, que se suelen aplicar en almacén o cargadero. Tampoco se consideran en estas cifras el valor de la producción industrial ligada a la transformación de estos productos o a su servicio en el sector terciario. Si se tiene en cuenta los costes de extracción de los productos maderables y leñosos, el valor de la producción en cargadero equivalente sería como mínimo tres veces superior, en torno a 150 millones de euros.

Respecto a otras producciones, destaca la resina, donde se superan las 8.000 toneladas que representan más del 90 por ciento de la producción nacional, con cerca de 700 resineros; el piñón, con más de 6.000 toneladas; el corcho, con más de 400 toneladas, y la castaña, con más de 7.000 toneladas.