La última polémica urbanística en Nueva York: las "puertas para pobres" tienen los días contados

  • La ciudad ofrece a los constructores incentivos para que incluyan viviendas asequibles en sus desarrollos; a cambio, pueden poner “otra entrada” para ellos.
  • El anterior alcalde, Michael Bloomberg, dio luz verde a esta práctica.
  • El nuevo regidor de la ciudad, Bill de Blasio, quiere acabar con ella.
El edificio que ha reavivado la polémica de las "puertas para pobres": 219 viviendas exclusivas y otras 55 a precios "asequibles".
El edificio que ha reavivado la polémica de las "puertas para pobres": 219 viviendas exclusivas y otras 55 a precios "asequibles".
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El edificio que ha reavivado la polémica de las "puertas para pobres": 219 viviendas exclusivas y otras 55 a precios "asequibles".

Una puerta para ricos y otra para pobres; o, al menos, otra puerta para los pobres. La ocurrencia, rescatada del remoto pasado, es una realidad en Nueva York, aunque por poco tiempo. Las "puertas para pobres" parecen tener los días contados.

La aprobación de una entrada separada para los ocupantes de apartamentos asequibles en una nueva torre de viviendas en Nueva York ha vuelto a convertir las ya bautizadas como "puertas para pobres" en el gran debate urbanístico en la Gran Manzana. La práctica, que recibió luz verde durante el mandato del anterior alcalde, Michael Bloomberg, podría tener los días contados, pues el nuevo regidor de la ciudad, Bill de Blasio, y numerosos políticos locales quieren acabar con ella.

"El sistema de dos puertas es una afrenta para la creencia de los neoyorquinos en la justicia y la diversidad en nuestra ciudad", denunció la presidenta del distrito de Manhattan, Gale Brewer, en declaraciones recogidas por el diario New York Daily News.

El criticado sistema surgió como consecuencia de los incentivos que la ciudad ofrece a los constructores para que incluyan viviendas asequibles en sus desarrollos. A cambio de incluir apartamentos que se alquilan a precios más reducidos, los promotores inmobiliarios pueden recibir permiso para construir más unidades y beneficiarse de descuentos fiscales, en una medida diseñada para aumentar la cartera de pisos baratos a disposición de familias con ingresos bajos.

Así, en el caso que ha reavivado la polémica en los últimos días, la constructora diseñó un proyecto con 219 exclusivas viviendas a precio de mercado con vistas al río Hudson y con otras 55 de precios "asequibles" que dan a la calle en un segmento separado del edificio y a las que, además, se accederá por otra puerta.

La idea choca frontalmente con los principios de la campaña que llevó a De Blasio a la alcaldía, centrada en la lucha contra las desigualdades y en la necesidad de ofrecer vivienda asequible para cientos de miles de neoyorquinos. El Ejecutivo municipal, sin embargo, considera que no puede hacer nada en el caso de este proyecto en cuestión, pues ya estaba en construcción, aunque sí pretende reformar las normas para evitar que se repita la situación.

"La anterior Administración cambió la ley para permitir este tipo de desarrollo. Nosotros estamos en total desacuerdo con ese enfoque y estamos en proceso de cambiarlo para que refleje nuestros valores y prioridades", indicó a los medios el portavoz municipal, Wiley Norvell.

El precio de la vivienda en Nueva York, una ciudad con muy profundas desigualdades económicas, se ha disparado en las últimas décadas, hasta situar la media de los alquileres por encima de los 3.000 dólares mensuales.

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