Unas esferificaciones de alcaparra, una raya aromatizada y una mousse de aguacate consiguieron convertirla en la ganadora de la segunda edición del programa MasterChef. Ahora, Victoria Purgarín —Vicky para los espectadores— de 31 años, mallorquina y carnicera desempleada, se plantea iniciar una carrera profesional en el mundo culinario.

Vicky (o Victoria), ¿a qué sabe su nombre?

No voy a decir que la victoria sabe dulce, porque a mí me gusta más el salado. Así que el haber ganado sabe más a sal. De todas formas, ya el haber pasado por el programa ha sido un triunfo. Me llevo un montón de amigos, recetas, el premio y la satisfacción que te da pensar que tus platos han gustado y has sido elegida entre 9.000 personas para concursar.

De todos los platos que ha cocinado, ¿cuál ha dicho más de usted?

Los platos que preparamos en la jornada de reciclado. A todo el mundo le sobra comida en casa y hay que darle salida. Dándole una vuelta puedes crear un plato nuevo. Eso me gustó: soy muy práctica... aunque a veces me complico la vida.

Diga que siente al escuchar estas tres palabras: flor-de-ajo.

Eso es la flor de la discordia, como dijo Jordi, el miembro del jurado. Lo pasé muy mal con esa flor, la puse en el plato que no debía, me llamaron la atención y lo voy a recordar siempre. Yo creo que me costó el pase directo a la final.

En la alta cocina de autor, ¿hay más comida o más tontería?

En realidad, la alta cocina de autor es la comida casera de toda la vida pero preparada para que sea casi casi como un cuadro, vamos, arte. Pero el sabor refleja lo mismo que reflejaba la comida de nuestra infancia.

Entonces, ¿la comida ha dejado de comerse solo por la boca?

Sí, antes se trataba de llenar el buche y ahora tienes que saborear y aprender a notar texturas, la frescura de algún alimento... Ya no es comer y punto. Te sientas para comer y parece que en vez de eso vas a escribir una carta porque hay que concentrarse... ¡es una aventura!

¿Por qué las mujeres son las que cocinan en los hogares y los hombres los que dominan la alta cocina?

Creo que los hombres, cuando se dedican a la cocina, se dedican exclusivamente a eso. Sin embargo, la mujer tiene más responsabilidades y no puede entregarse en exclusiva: tiene que llevar, aparte, la casa, los niños y, además, preocuparse de tener buen aspecto. Un hombre se vuelca en algo y solo se preocupa de eso.

Internet habla de los nervios que le producía el miembro del jurado Jordi. ¿Es por la mala leche de él o porque está de pan y moja?

Las dos cosas. Es normal, Jordi es como los chicos guapos que ves en las series de televisión desde casa, que te encantan. ¡Es como el Brandon de Sensación de Vivir! Pero además tiene mala leche y te pones nerviosa por todo.

Lo dijo una vez Victoria Beckham: España huele a ajo. ¿O no?

El ajo es maravilloso, aporta un sabor a la comida que no veas. Esa señora lo olería porque no está acostumbrada, pero es como la sal de la vida.

¿Qué le ha dicho su suegro de su victoria, que no confiaba siquiera en que la cogieran para concursar?

Se quedó flipado. Está superorgulloso, encantado. Parece un tío rudo pero le encanta presumir.

¿Y su chico?

Se ha emocionado, hasta ha llorado. Y vuelve a ver las imágenes de la final y vuelve a llorar.

¿Y ahora, qué hará?

Primero, estudiar. Luego me gustaría hacer alguna práctica en los restaurantes de los jueces, como en el de Samantha. Y, después, ponerme a trabajar y ganar un dinerito para montar mi propio restaurante.

Nació en Mallorca y tiene 31 años. Carnicera en paro hasta su participación en 'MasterChef'.  Su especialidad culinaria son los platos tradicionales con carne y verduras.