Dos proyectiles fueron lanzados en la noche del lunes contra la base española de Herat (Afganistán), uno de los cuales impactó a 200 metros de la valla exterior, sin que se registraran daños personales ni materiales en el contingente español, informó a Efe un portavoz del Ministerio de Defensa.

Sobre las 23.23 y las 23.25 horas locales, los militares españoles en la base escucharon dos explosiones fuera del recinto y un equipo de desactivación de explosivos comprobó que un proyectil había impactado a 200 metros de la valla norte de la base y a 1.300 metros de los hangares de mantenimiento, mientras que el otro calculan que lo hizo a unos tres kilómetros.

De los primeros análisis del incidente se deduce que puede tratarse de proyectiles de mortero o de artillería de un calibre cercano a los 100 milímetros, según Defensa.

Los ataques son cada vez más frecuentes. El pasado viernes, al menos diez soldados -ninguno español- y dos civiles resultaron heridos hoy en un ataque suicida perpetrado cerca de la ciudad de esta ciudad afgana.

El ministro español de Defensa, José Antonio Alonso, admitió el pasado miércoles que en Afganistán hay un "notable nivel de inseguridad" y reveló que el 15 de marzo un convoy español vivió "un incidente significativo".

El 21 de febrero, la soldado española Idoia Rodríguez Luján se conviritó en la primera militar del país que fallece en una misión en el extranjero, víctima de un ataque con una mina anticarro a un convoy español.

El 8 de julio del año pasado, el soldado de origen peruano Jorge Arnaldo Hernández murió a causa de la explosión de otra mina anticarro, colocada minutos antes del paso de otro convoy.

Pero el día más trágico para las tropas españolas destinadas en Afganistán no fue por un ataque. El 17 de julio de 2005, diecisiete militares murieron tras estrellarse el helicóptero con el que inspeccionaban la zona.