Miles de valencianos y turistas seguirán padeciendo importantes problemas de tráfico en los principales accesos a la ciudad de Valencia.

Y es que la reciente puesta en marcha del tercer carril de la V-21, entre Puçol y el barranco del Carraixet, ha generado un embudo en sentido a la capital al reducirse la calzada de tres a dos carriles entre el citado barranco y la entrada a la ciudad por el túnel de la avenida de Cataluña, una situación que ya está generando retenciones en una carretera por la que circulan de media 77.000 vehículos.

El director general de Carreteras, Jorge Urrecho, ha presidido este martes la inauguración de la ampliación de este tramo de 13 kilómetros de la autovía, que ha supuesto una inversión de 28 millones de euros del Gobierno central y cuyas obras han durado seis años.

Urrecho, sin embargo, no dio plazos para el inicio de las obras de prolongación del tercer carril entre el Carraixet y Valencia, enérgicamente reclamadas en la última legislatura de Zapatero por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quien sin embargo no dudó en acudir este martes al acto de inauguración.

Por otra parte, la ampliación de la A-3 desde Buñol a Valencia, un tramo por el que circulan 106.908 vehículos al día, seguirá en obras hasta final de año, informó Urrecho. Los trabajos arrancaron en 2009 y debían estar acabados en 2011.

Otra de las carreteras que sufre constantes atascos durante todo el año es la V-30, que bordea el nuevo cauce del río. El Ayuntamiento y la Generalitat vienen reclamando una ampliación integral durante años que aún no se ha producido. Por otra parte, nada se sabe del trolebús eléctrico proyectado por la Generalitat para solucionar los atascos de la carretera del Saler.