Los curas de la iglesia roja de Vallecas seguirán dando misas

  • Lo harán a pesar de que el Arzobispado de Madrid quiere cerrar la parroquia.
  • Es una iglesia volcada en la atención a los más necesitados.
Los feligreses y el cura Javier Baeza (de pie), reunidos ayer en la parroquia. (RUBÉN HERNÁNDEZ)
Los feligreses y el cura Javier Baeza (de pie), reunidos ayer en la parroquia. (RUBÉN HERNÁNDEZ)
RUBÉN HERNÁNDEZ
Los feligreses y el cura Javier Baeza (de pie), reunidos ayer en la parroquia. (RUBÉN HERNÁNDEZ)

Cuando Tomás Jiménez salió de la cárcel, el único sitio donde le tendieron la mano fue en la parroquia San Carlos Borromeo, la iglesia roja, como se le conoce, y toda una institución desde hace 27 años en el barrio de Entrevías, en Puente de Vallecas.

Yo era ladrón. Robé varios bancos y me metí en líos
Tomás era "igualador de bienes", como le gusta decir con gracia cuando le preguntan por qué estuvo veinte años tras las rejas.

"Yo era ladrón. Robé varios bancos y me metí en líos. Pero el cura Enrique de Castro me hizo afrontar la vida de otra manera", cuenta Tomás.

Como él, cientos de feligreses que cada domingo acuden a la parroquia roja y que reciben ayuda están dispuestos a levantar su voz para impedir el cierre de la iglesia, anunciado por el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.

De momento, los párrocos de la iglesia comunicaron ayer su intención de continuar con las misas y su actividad "normal y diaria" que no es otra que "ayudar a los más necesitados y a los jóvenes".

Evangelio a debate

A la Iglesia madrileña no le gusta la liturgia del cura Enrique de Castro, el cura rojo, y la cabeza visible de una parroquia que solo atrae a los jóvenes y a los más desprotegidos, a los que nunca tuvieron nada, a los que la vida les negó todo.

En las misas de Castro y de los otros dos sacerdotes, Javier Baeza y Pepe Díaz, el Evangelio se lee, pero después se debate.

Y los que ofician la misa no van vestidos de curas, ni tampoco dan la hostia, sino que ofrecen pan o bizcocho.

"Algo hecho con las manos", según explica Iñigo Ortiz, coordinador de la Asamblea de Barrios.

El Arzobispado pretende entregar la gestión social de los sacerdotes a Cáritas y quiere que se cierre la iglesia, pero sus feligreses no están dispuestos a permitirlo.

Fe en la Teología de la Liberación

Enrique de Castro, Javier Baeza y Pepe Díaz pertenecen a la Teología de la Liberación, un movimiento católico que surgió en América Latina en los años setenta y que vincula el cristianismo con la lucha por la defensa de los desfavorecidos.

Desde hace décadas la Iglesia persigue a estos sacerdotes.

No les gusta que la Teología resalte el lado humano de Jesús.

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