Antonia gasta 300 euros de su pensión de 320 euros en alquilar un antiguo almacén en los bajos de la calle Mestrança. Pero con el apodo le vino el rechazo, ya que algunos vecinos la han denunciado.
Por mendiga "No me viene de una denuncia", ironiza Antonia, ya que acumula sanciones por su actividad laboral:
"No engaño a nadie" dice, "me limito a sentarme y la gente que me conoce me da limosna para mis animales". Aun así, admite cierta dosis de teatralidad, "me disfrazo de pobre contenta".
Mejor con los animales
Prefiere los animales a las personas "porque son más fieles y transparentes". Su jornada empieza cuando cae la noche y lleva a sus gatos y perros de dos en dos a la playa "para que gocen de la luna". No está sola. Su familia, incluida la de Alcaudete (Jaén), la quiere cerca, pero ella prioriza "a los animales".
Desde el Ajuntament no la dejan de lado, ya que según una portavoz de los Serveis Socials: "está bajo seguimiento y tendrá un techo y todo lo que necesite", en cuanto abandone el quart de casa de la Barceloneta, que "reúne todas las condiciones sanitarias»". La van a deshauciar.
Antes , recuerda Antonia, deberá "reubicar a mis gatos". Los deja en manos de protectoras como la Fundación Altarriba , que tramitará la adopción de sus "niños" y después: «me iré», añade.
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