El acusado de robos violentos se declara inocente mientras las víctimas lo identifican "sin dudas"

El hombre identificado como M.R.S. al que la Fiscalía atribuye seis delitos de robo con violencia y un séptimo en grado de tentativa cometidos en Jaén se ha declarado este jueves "inocente" de los cargos que se le imputan, mientras que las siete víctimas han coincidido en afirmar que pudieron ver al detenido en el momento de los hechos y posteriormente identificarlo "sin duda" tanto por fotografías como en una rueda de reconocimiento.

El hombre identificado como M.R.S. al que la Fiscalía atribuye seis delitos de robo con violencia y un séptimo en grado de tentativa cometidos en Jaén se ha declarado este jueves "inocente" de los cargos que se le imputan, mientras que las siete víctimas han coincidido en afirmar que pudieron ver al detenido en el momento de los hechos y posteriormente identificarlo "sin duda" tanto por fotografías como en una rueda de reconocimiento.

Así lo han declarado en el juicio que se ha celebrado este jueves por estos hechos en el Juzgado de lo Penal número 1 de Jaén, que ha quedado ya visto para sentencia con una modificación en las penas solicitadas por el Ministerio Público, que finalmente solicita un total de 32 años de prisión.

En su declaración, el encartado, que permanece en prisión provisional desde su detención, el pasado mes de enero, ha negado haber cometido los delitos que se le atribuyen, y, de hecho, ha afirmado que "nunca ha robado" en su vida, porque "gracias a Dios no le ha hecho falta".

También ha relatado el momento en el que se produjo su arresto, que, según ha explicado, se llevó a cabo en la puerta del bloque en el que vive, adonde acudió la Policía a buscarlo después de haber preguntado por él en un local de comida rápida propiedad de un tío suyo en el que estuvo trabajando un tiempo, si bien no en ese momento, y él bajó para "ver qué querían" los agentes.

Por su parte, la primera víctima que ha declarado como testigo ha afirmado que el pasado 23 de diciembre por la noche, mientras caminaba por la calle Perpetuo Socorro de Jaén hablando con su novio por teléfono, alguien "se abalanzó" sobre ella, "le alcanzó por la espalda, le tapó la boca y le pidió que le diese todo lo que llevaba", consiguiendo sustraerle 22 euros.

Ha asegurado que lo vio "perfectamente" mientras ocurrían los hechos, y en la rueda de reconocimiento a la que acudió tras la detención del encartado no tuvo "ninguna duda" en identificarlo.

En la misma línea, la víctima del segundo robo supuestamente cometido por el procesado, concretamente el 25 de diciembre en la calle Isaac Albéniz, ha sentenciado que vio "perfectamente" al acusado, que presuntamente le sustrajo 40 euros y un teléfono móvil, ya que el atraco se produjo bajo la luz "buena" de una farola, y luego en la rueda de reconocimiento tampoco tuvo "duda" al identificarlo.

También la tercera testigo presentada como víctima, esta vez de un robo cometido en la calle Cristo Rey, ha defendido que vio "perfectamente" al encartado, y que incluso "habló con él", y posteriormente no dudó al identificarlo ni por fotografías ni en la rueda de reconocimiento.

Lo mismo han señalado las restantes víctimas, tanto la del robo supuestamente perpetrado el 5 de enero en la Plaza de San Roque como las tres a las que presuntamente el acusado abordó en un lapso aproximado de menos de media hora del día 6 de enero en las calles Obispo Alonso Suárez, Ronda de la Misericordia y San Bartolomé.

Una de estas personas, además —la segunda supuestamente atracada el 6 de enero por la mañana—, ha afirmado tener "buena memoria" y no va a olvidar los ojos del procesado "nunca", a la vez que ha declarado que éste trató de asestarle "entre nueve y diez puñaladas" con la navaja que presuntamente llevaba, si bien solo le "penetraron" tres, lo que provocó que tuviera que estar unos días ingresada en el hospital, y que le han dejado como secuela un "estrés postraumático".

Frente a estos testimonios se ha situado la mujer del detenido, que también ha declarado como testigo, y que ha sostenido que su esposo estuvo con ella a las horas y los días en los que se produjeron los robos denunciados, y que cuando la Policía acudió a buscarlo al domicilio en el que ambos viven "se sorprendió". También ha explicado que no le ha visto a su marido teléfonos móviles que no fueran suyos.

La representante del Ministerio Fiscal ha negado credibilidad a esta última declaración, y, de hecho, en su turno final de palabra ha anunciado que va a pedir que "se deduzca testimonio" por un presunto delito de "falso testimonio" contra la esposa del acusado.

La fiscal se ha apoyado en los testimonios "claros, concisos y persistentes" de las víctimas para elevar a definitivas sus conclusiones provisionales, con la única salvedad de que ha rebajado de cinco a un año la pena de prisión solicitada por el presunto delito de lesiones que le atribuye, ya que ha optado por calificar ese ilícito a partir del artículo 147 y no 148 del Código Penal, que aumenta las penas contempladas para el mismo cuando las lesiones se cometen con armas, ya que esa circunstancia agravante ya está añadida en los supuestos de robo con violencia e intimidación, y no es posible aplicarla dos veces, según ha explicado.

De esta manera, solicita para el encartado tres años de cárcel por un supuesto delito de robo con violencia e intimidación; cinco por cada uno de los otros tantos delitos de robo con violencia e intimidación con uso de armas —25 años en total—, y tres años por un supuesto de robo con violencia e intimidación con uso de armas en grado de tentativa, además del citado año por el ilícito de lesiones.

Para la representante del Ministerio Público, en el juicio de este jueves "ha quedado acreditado" que el acusado cometió los delitos que se le imputan, a partir, fundamentalmente, de los testimonios de las víctimas, que tuvieron oportunidad de "verle la cara" al mismo y que, según ha subrayado, han coincidido en señalar que reconocieron a éste "sin ninguna duda".

De esta manera, los testimonios de estos testigos son "más que suficientes para destruir la presunción de inocencia" del encartado, en opinión de la fiscal, que ha llamado la atención, además, sobre el comportamiento "especialmente agresivo y violento" que presuntamente desplegó el acusado a la hora de cometer los robos.

La defensa pide la absolución

En cambio, el abogado de la defensa del procesado ha solicitado la absolución para su cliente porque "no existe prueba de cargo suficiente" contra él, más allá de su identificación, por parte de las víctimas, en la rueda de reconocimiento, que "como prueba única no invalida la presunción de inocencia", según ha manifestado.

Además, el letrado ha señalado que los testigos tienen "un problema de percepción" y fueron "mediatizados", ya que en los días en los que se produjo su detención "circuló por 'wasthapp'" una fotografía de una "ficha policial" de su cliente derivada de "un juicio de faltas" al que, según ha explicado, tuvo que enfrentarse en 2007 por un incidente relacionado con el trabajo que durante un tiempo desempeñó como portero de discoteca; una foto "filtrada" que las víctimas tuvieron ocasión de ver y que, a su juicio, podría haber condicionado la identificación del supuesto ladrón.

En esa línea, ha negado que piense que "los testigos mienten o que no hayan ocurrido los hechos" que éstos han declarado, sino que lo que niega "rotundamente" es que su defendido fuera el autor de esos robos. Así, ha agregado que los testimonios de las víctimas de los tres atracos del 6 de enero no coinciden a la hora de describir la ropa que éste llevaba puesta, y "cuesta trabajo pensar que fuera cambiándose de jersey" mientras iba desplazándose de una calle a otra.

El abogado de la defensa también ha mostrado "sorpresa" por la decisión de la fiscal de solicitar que se deduzca testimonio contra la esposa del detenido a raíz de su declaración, ya que los hechos que se le atribuyen al marido no están "probados".

Así las cosas, la defensa solicita una sentencia absolutoria para el imputado, al no existir "prueba de cargo suficiente contra él", y a partir también del principio de 'in dubio pro reo' —según el cual, cuando hay duda debe adoptarse la decisión que más beneficie al acusado—, que en este caso "como mínimo existe", ha apostillado.

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