A este certamen se presentaron 139 chicos y una chica, entre 13 y 30 años, todos estudiantes del grado de electrónica de formación profesional.

Además del reconocimiento, los tres ganadores de cada categoría (rastreo, laberinto, velocidad y prueba libre) se llevaron 300, 150 y 100 euros.

Cantera de futuros genios

Fernando Remiro, uno de los profesores encargados de la organización del certamen, aseguró que "este tipo de iniciativas es un buen trampolín profesional para los alumnos".

De hecho, "el año pasado una empresa informática se interesó por dos de los ganadores".

Además de las salidas laborales y del premio en metálico, Remiro considera que este concurso es "una buena idea para motivar a los chicos, porque el hecho de que tengan que fabricar ellos mismos los automatismos les hace volcarse aún más en sus proyectos".

Los participantes tuvieron que poner a prueba sus robots en cuatro pruebas diferentes.

Aunque los robots presentados ayer son sólo pequeños autómatas, Remiro no descarta que "con un buen desarrollo puedan ser brazos robóticos para cadenas de montaje en fábricas".

José Manuel Enríquez

Instituto Antonio Machado, 20 años.

"Nuestro robot se llama Boeing 306 y es experto en velocidad. Lo he fabricado con otro compañero. Hemos estado trabajando en él dos meses con mucho esfuerzo y también con disgustos".

Sandra Villegas

Instituto Joan Miró, 28 años.

"Me encantan los robots porque ayudan a abaratar costes en las empresas, algo poco común entre las de mi sexo, soy la única chica. Mi robot se llama El Rápido y lo he hecho junto con dos amigos".