Asociafruit alerta del "desplome" de la comercialización de la patata nueva en el mercado nacional

Anima al consumidor a "comprobar la etiqueta" y adquirir producto español para "reconquistar" los puestos de trabajo perdidos

La Asociación de Empresas Productoras de Frutas y Hortalizas y Exportadoras de Andalucía y Extremadura (Asociafruit), que aglutina al 80 por ciento de las empresas productoras y comercializadoras de patata en Andalucía, ha alertado sobre el "desplome" de la comercialización de la patata nueva en el mercado nacional, que puede llevar al sector a "un serio problema de supervivencia", con una caída en la superficie de cultivo en Andalucía de más del 47 por ciento, pasando de 23.500 hectáreas en 2004 a 10.800 en 2013.

En declaraciones a Europa Press Televisión, durante la celebración de la I Fiesta de la Patata Nueva en San José de La Rinconada (Sevilla), el portavoz de Asociafruit, Javier Boceta, ha explicado que en 1992 se cultivaban en España 250.000 hectáreas de patata nueva, mientras que "a fecha de hoy" quedan 72.000 hectáreas. Una caída de la producción que según Boceta "no ha sido suplida por la importación de patata de Francia".

"Ahora mismo la mayoría de la patata que se consume en España es francesa pero no se ha suplido toda esa superficie porque el consumo en el país ha caído un 38 por ciento", ha matizado, y ha añadido que en relación con el resto de Europa, como en Alemania, Holanda o Bélgica, "la producción de la patata nueva ha permanecido estable y los consumos han caído un 8 por ciento", por lo que existe "una diferencia muy importante" con España.

En el caso de Francia, la superficie de siembra se ha incrementado un 25 por ciento con el fin de "exportar su producción a los países mediterráneos como España y Portugal". Por tanto, ha señalado que "en Alemania la ama de casa disfruta de patata nueva desde junio a septiembre". Tras ese tiempo, ha continuado, "la patata se mete en cámaras frigoríficas durante tres meses y en febrero el consumidor demanda patata nueva de Egipto, Israel, Portugal y España".

No obstante, a España "llega la patata que el francés mete en cámaras frigoríficas en septiembre, la almacena a cuatro grados para que parezca que la piel es nueva y llega a nuestro mercado sin capacidad de diferenciación porque la apariencia es la misma". Sin embargo, ha indicado Boceta, "se han transformado los almidones por lo que al freírla se quema y al cocerla sabe dulce". Este proceso de exportación e importación ha hecho que "paulatinamente" se haya dejado de consumir patata en España.

Pérdida de 33.000

Puestos de trabajo

Así, ha detallado que la importación de patatas de conservación procede en su mayor parte de Francia y supone el 30 por ciento del consumo nacional, lo que está haciendo fuerte mella a los productores y comercializadores de patata nueva, hasta el punto de que se calcula que la disminución de superficies de cultivo y producción de dicha patata ha supuesto la pérdida de unos 33.000 puestos de trabajo directos dentro del sector.

En este sentido, el portavoz de Asociafruit, Javier Boceta, ha señalado la ridículo paradoja que se está dando: "nuestra patata nueva tiene una alta consideración en el mercado exterior, donde se asocia a producto de gran calidad, pero en el mercado interno tenemos una penetración muy baja, en beneficio de la patata de conservación, con unas propiedades gastronómicas, nutritivas y de sabor muy bajas en comparación", ha explicado.

La diferencia entre la patata de conservación y la patata nueva es "evidente". Así, detalla que la piel brillante de la patata lavada hace que el consumidor lo asocie a patata nueva. "Nada más lejos de la realidad: la patata de conservación se mantiene durante meses a temperaturas bajas (hasta 4 grados). Esto tiene un efecto directo sobre las propiedades del producto y el sabor: a menos de diez grados, el almidón de la patata se transforma en azúcar. Ello provoca que, al freírse, el producto se queme, y que al cocerse tenga un sabor excesivamente dulce", ha detallado.

La crisis ha modificado los hábitos de consumo de los españoles, introduciendo en el mercado nacional la patata de conservación. En todo caso, la diferencia de precio, como sostiene Boceta, es "insignificante" si se plantean en perspectiva. "Un español medio consume 23 kilos de patata al año. Esos 23 kilos de patata al año, en el caso de la patata nueva, podrían suponer 23 euros al año, frente a los doce euros que supone el consumo de la patata de conservación. El impacto sobre la economía familiar es nulo", sostiene Boceta.

Hay dos aspectos que Asociafruit considera decisivos para que se produzca un cambio de tendencia. Primero, la confianza de las cadenas de distribución española en las bondades de la patata nueva y sus beneficios objetivos con respecto a la patata de conservación.

En este sentido, según Boceta, ya hay alguna cadena de distribución de alcance nacional que prevé la comercialización exclusiva de patata nueva, a la que se espera que se sumen el resto. Y segundo, la diferenciación clara en el punto de venta de la patata nueva, que permita facilitar la diferenciación por parte del consumidor de la patata de conservación.

La patata,

Un producto saludable

Asociafruit también llama la atención sobre los malentendidos existentes en torno a la patata como producto asociado al sobrepeso. Frente a los hidratos de carbono que aportan otras sustancias, la patata tiene la particularidad de que aporta bastantes menos calorías. Así, si cien gramos de pasta aportan 350 calorías o cien gramos de pan aportan 250, cien gramos de patata cocida aportan al organismo sólo 80 calorías.

"Que español sabe que un plato de patatas engorda cinco veces menos que un plato de pasta", ha señalado. La patata forma parte de dietas de adelgazamiento por aporte de hidratos de carbono con escaso aporte calórico. La patata pertenece a la familia de las solanáceas, al igual que los tomates, berenjenas y pimientos, y comparte con estos vegetales algunas características comunes como su riqueza en vitamina C. Asimismo, contiene Vitaminas A, B1, B2, B3, Fósforo, Hierro y Potasio.

Por último, Boceta ha animado a los consumidores a adquirir patata nueva, al tiempo que se ha mostrado "más optimista" que el año pasado en cuanto a la comercialización de este producto, ya que "hay cadenas españolas que han garantizado que van a cambiar a patata nueva toda su referencia durante el mes de mayo". "Invito, por favor, al consumidor a que vea la etiqueta y se decante por el producto nuevo, el producto español para apoyar así a quien de verdad comercializa producto nuevo porque hay que reconquistar los puestos de trabajo perdidos, defender lo nuestro y generar trabajo y riqueza en nuestro país", ha concluido.

Por su parte, el alcalde de La Rinconada, Javier Fernández, ha manifestado que "un 90 por ciento del suelo del municipio es agrícola" con independencia de que la localidad es industrial. De hecho, ha asegurado que la patata en concreto tiene "una importancia muy grande" en la localidad. "La patata y dentro de ella la patata nueva que sale del campo directamente a los hogares es uno de los productos estrellas de la Vega del Guadalquivir", ha dicho, de ahí que se haya celebrado en este municipio la I Fiesta de la Patata Nueva.

"Lo que queremos es identificar el municipio con la agricultura, no queremos discriminar ninguno de los sectores que nos permite desarrollar economía y ggnerar riqueza en la localidad" ha indicado y ha anunciado que "de cara a años ssucesivos quiere que "La Rinconada y la fiesta de la patata vayan de la mano".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento