Robert Crumb, "el Brueghel de nuestro tiempo", revisa una edición especial de sus bocetos

  • El dibujante de cómics más influyente del siglo XX supervisa un estuche de lujo con los cuadernos de apuntes de entre 1964 y 1982, su época más fecunda.
  • Algunas de las obras incluidas, como los primeros bocetos de Mr. Natural o las portadas del fanzine ZAP alcanzan cotizaciones altísimas en las subastas.
  • Considerado el más hippie de los autores de cómics, suele desentenderse de la idea. "Nunca fui uno de ellos, sólo tengo una pasión en la vida: el sexo", dice.
El ideal femenino según Robert Crumb: mujeres con "piernas grandes" y "culo gordo"
El ideal femenino según Robert Crumb: mujeres con "piernas grandes" y "culo gordo"
© Robert Crumb/TASCHEN
El ideal femenino según Robert Crumb: mujeres con "piernas grandes" y "culo gordo"

Es un ídolo consagrado. Tanto como para reventar los museos —la antología de 2012 en París Crumb, De l'Underground à la Genèse (Crumb, del underground al Génesis) fue un exitazo de taquilla y las críticas le colocaron a la altura de los artistas de referencia del siglo XX— o, como ahora, para darse el placer de revisar un estuche de lujo de los cuadernos de bocetos de entre 1964 y 1968, su época más fecunda, irónica y underground, y colocarlos en el mercado, a través de una transnacional editorial, a un precio que cualquiera de sus fans de entonces consideraría un despropósito y una traición para un artista que en su momento se dió el gusto de rechazar hacer una portada para los Rolling Stones, que le pagaban un dineral, pero le regaló otra al grupo de su amiga Janis Joplin.

Robert Crumb (1943), el dibujante más conocido e influyente de la segunda mitad del siglo XX, al que algunos llaman con bastante objetividad "el Brueghel de nuestro tiempo" —como el artista flamenco, es sardónico, impúdico, no se corta un pelo y se despacha con munición de alto calibre contra todos, incluído él mismo—, indaga en sus archivos, los purga y da su consentimiento a la puesta en el mercado de Sketchbooks 1964–1982 (Cuadernos de bocetos 1964-1982), una edición limitada de seis volúmenes e impresión en un porfolio que suma 1.344 páginas y será puesto a la venta por mil dólares —la editorial Taschen no ha publicado aún el PVP en euros, pero pueden ustedes hacerse a la idea: bastante más que un mes de salario mínimo interprofesional—.

Litografía autografiada

La edición es un capricho de fanático, de bibiófilo o de aspirante al negocio rápido. La edición, de solamente mil ejemplares, incluye  una introducción manuscrita por el artista y una litografía a color y autografiada por Crumb (19 por 19 cm de imagen y 25,5 por 20 de lámina) en la que aparecen dos de las supermujeres enormes y dominadoras a las que el dibujante venera —si tienen vello corporal abundante y culos de tallaje XXL, mejor—. La misma editorial ya había puesto a la venta hace unos años, y en similares condiciones, Sketchbooks 1982–2011, sobre las últimas décadas de trabajo del artista.

"Ahora que los originales de Robert Crumb se venden a precios de récord (el ejemplar de portada del primer número de Mr. Natural, subastado a través de Heritage Auction Galleries en Dallas, alcanzó los 101.575 dólares en 2007), no cabe duda de que esta edición limitada con lámina firmada ganará en valor con el tiempo y será una cotizada inversión para los coleccionistas, así como una extraordinaria incorporación a las estanterías de cualquier admirador de Crumb", dicen desde Taschen sin velar la intención que persiguen y el target de consumidor que buscan.

Críticas de feministas desnortadas

En la media docena de cuadernos que contiene el estuche están los bocetos y dibujos definitivos de los tiempos más prolíficos de Crumb, cuando trabajaba —es un decir, porque vivía en la ruina— para algunas de la revistas de cómics underground más rompedoras de la historia (parte de ellas impulsadas con dinero o esfuerzo, ideas y trabajo gratuito por el propio Crumb):  Head Comix, The East Village Other, Snatch Comics, Big Ass Comics, Weirdo y ZAP, productos contraculturales que a veces dibujaba de la primera a la última página, distribuía e intentaba vender en mano él mismo en el San Francisco bullente de fraternidad hippie pero escaso de efectivo. El diujante formó parte de aquello sin desearlo ("nunca fui uno de ellos, sólo tengo una pasión en la vida: el sexo"), pero se hizo merecedor de algunos pleitos por supuesta pornografía y de las críticas de algunas feministas desnortadas.

Hijo de un marine violento y una madre ultra católica y adicta a las anfetaminas, Crumb y sus cuatro hermanos encontraron en los cómics y los dibujos animados un mundo paralelo y dulce. En la obra que desarrolló abundan los autoanálisis sobre el amor-odio-miedo a las mujeres, sexo, música, mundo moderno e introspección. Desde 1991, Crumb vive en Francia y ha iniciado una diversificación temática. Con el escritor David Zane Mairowitz produjo una biografía de Kafka y en 2009, tras cuatro años de trabajó, publicó su visión del bíblico Génesis. Su último libro, Háblame de amor (2011) está escrito y dibujado en colaboración con su mujer, Aline Kominsky-Crumb.

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