La decisión del tribunal, que se espera dicte sentencia a lo largo del día de hoy, podría suponer una pena de hasta siete años de cárcel para el soldado, que es objetor de conciencia.
Aguayo admitió este mismo martes, tras abrirse el proceso contra él, que escapó saltando por la ventana de su vivienda, en Schweinfurt, a principios de septiembre de 2006, ante el inminente traslado a Irak de su unidad, la Primera División de Infantería, con sede en esa ciudad alemana.
El soldado, de origen mexicano y 35 años de edad, había ingresado en el ejército en 2003 y estuvo ya destinado en Irak por un año, como personal sanitario.
Un superior del soldado calificó el servicio prestado por éste de "bueno", aunque precisó que para realizar correctamente su función en el ejército debía estar dispuesto a tomar las armas, a lo que se niega.
Aguayo trata desde hace tres años de ser reconocido por el Ejército estadounidense como objetor de conciencia, aunque su solicitud ha sido rechazada sin argumentación, rechazo contra el que presentó recurso.
En su solicitud, Aguayo recordaba su año de servicios como sanitario en una unidad militar estadounidense destinada en la localidad iraquí de Tikrit, donde, como soldado no combatiente, participó incluso en patrullas que "podían ser mortales tanto para americanos de EEUU como para iraquíes".
El soldado lamentó en su recurso su participación "porque en el fondo fue una aportación a la guerra" y se declaró "objetor de toda guerra sobre la base de mi educación religiosa y de mi fe".
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