Es el único pintor impresionista español y curiosamente (o para ser más exactos: incomprensiblemente) sigue sin tener el reconocimiento que merece. Una cuenta que el Museo Thyssen intenta saldar con una exhibición bautizada con su nombre, Darío de Regoyos (1857-1913), con la que además se conmemora el centenario de la muerte del artista y cuyas puertas están abiertas desde el 18 de febrero hasta el 1 de junio.

Incomprendido durante la mayor parte de su actividad no se movió Regoyos, pese a no lograr el aplauso, de su manera de entender el arte. "Fue un valiente al desobedecer las normas de lo académico, y el tiempo demostró que lo que hacía era lo que se consolidaría en la pintura" dice a 20 Minutos Juan San Nicolás, comisario de la exposición.

Su innovadora manera de reflejar el paisaje, tan próxima a los movimientos de vanguardia en Europa, necesitaba tiempo para ser entendida. Lo que no se acaba de comprender es que hoy siga sin tener el hueco que se le debe. "La gente, salvo que tenga un nivel de cultura alto, no sabe quién es Regoyo. Y eso lo queremos arreglar", señala el comisario.

A través de las cien obras que conforman la muestra el espectador admira la trayectoria del pintor, desde sus primeras obras hasta las últimas, pues pese a que enfermó de cáncer (murió a los 55 años), no dejó nunca de pintar ni de exponer (el mismo año de su muerte realizó dos exposiciones). Autorretrato, Plaza de Segovia, Viernes Santo en Castilla, Las redes, La Concha o La Diagonal son algunas de las piezas que conforman esta completa retrospectiva.

Quiere resaltar el comisario la importancia de este artista no sólo como impresionista sino como pintor simbolista y precursor de la generación del 98: "Reflejó la tristeza, la parte sombría de España, el papel de la religión, el dolor... Al salir fuera de nuestro país, se formó en Bélgica y fue un viajero incansable, vio que la percepción que de nuestro país se tenía era errónea: la de la pandereta y los toros. Quiso por ello mostrar la parte oscura" cuenta Juan San Nicolás, que señala como fundamental la obra incluida en España negra.

El dolor de las mujeres viudas, el sacrificio del hombre trabajador, los cementerios, el luto..., se reflejan en estas pinturas 'Negras' de Regoyos en las que, a diferencia de su obra impresionista, la figura humana tiene un fuerte protagonismo.  Incluso en lo más sombrío, la luz y su audacia en la manera en que la captaba y reflejaba, es fundamental.

Al menos pudo en vida recibir cierto reconocimiento este hombre de personalidad muy libre y apasionado de los viajes. Desde 1909 hasta su temprana muerte gozó de cierto aplauso. Ahora sólo queda que alcance el puesto que merece. "Si sólo tenemos a un impresionista español debería estar más valorado...".