Tener carné de conducir ya no es una prioridad para los andaluces. Así se desprende de los últimos datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), que reflejan una caída en la expedición de permisos del tipo B de un 59,2% en los últimos cinco años. Entre enero y octubre de 2013 (últimos datos disponibles) se tramitaron en la comunidad 69.601 permisos para vehículos de hasta 3.500 kg, por los 170.687 del mismo periodo de 2008. Mientras, la población de Andalucía en estos años ha crecido un 2,9%.

Este descenso en la cifra de permisos tramitados es aún mayor que el registrado en el resto de España, donde se pasó de las 721.694 expediciones de hace cinco años a las 365.346 de 2013 (es decir, un 49,3% menos).

Las causas hay que buscarlas más allá de la crisis económica. Aunque esta es, sin duda, la primera de ellas: "¿Para qué va la gente a sacarse el carné si luego no se pueden comprar un coche?", señala Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados.

Según un estudio de Facua, el precio medio en España de una autoescuela es de 722 euros; y el de una clase práctica de 45 minutos, 24,60.

Pero existen otras razones. "Hay una falta de población joven, porque en su día no nacieron todos los niños que tendrían que haber nacido", comenta José Blas Valero, presidente de la Federación de Autoescuelas de Andalucía y vicepresidente de la confederación nacional.

Además, "los inmigrantes que suplían a ese sector demográfico también han desaparecido, muchos se han ido y otros deciden no venir", continúa. Y a todo esto hay que añadir a "los jóvenes españoles que se marchan de España".

Existen otras causas de carácter sociológico. Tanto Arnaldo como Blas Valero coinciden en señalar los cambios de hábitos de los más jóvenes, "más interesados en la tecnología que en sacarse el carné".

Además, "ha habido un cambio de mentalidad en cuanto a la movilidad", indican, ya que "ha ido calando en la sociedad el transporte colectivo y ecológico, como la bicicleta".