Los colectivos integrantes de la Marcha de Mareas han mostrado su total rechazo a las medidas emprendidas contra los dos detenidos en la concentración de protesta por la visita de Mariano Rajoy, para homenajear al presidente de la Región, Ramón Luis Valcárcel.

De este modo, las diferentes organizaciones y las personas presentes en el acto reivindicativo han señalado que el relato que se hace desde las fuerzas de seguridad "es completamente falso, lleno de inexactitudes, y que sólo busca la criminalización de la protesta social".

En el comunicado, han explicado el desarrollo de la protesta, en donde varios centenares de personas se dirigen hacia la Avenida Primero de Mayo con la intención de colocar una pancarta y protestar por los recortes en derechos, servicios y libertades frente al auditorio.

Las fuerzas de seguridad impiden a los ciudadanos que quieren protestar salir de las calles del barrio de Vistabella, situando un cordón policial que cierra las calles que salen a la Avenida Primero de Mayo.

Uno de los manifestantes se dirige a comisaría para denunciar la vulneración del derecho a transitar por la vía pública, ya que los agentes sólo dejan pasar a las calles cercanas al auditorio a quienes porten acreditación del Partido Popular.

"La protesta se desarrolla con normalidad, cánticos y gritos propios de cualquier manifestación y colaboración, salvo dos incidentes puntuales relacionados con el intento de quitar un megáfono a un manifestante, con la Policía", apuntan.

Así, explican que "la única excepción son dos agentes concretos que durante toda la mañana se dedicaron a amenazar al oído a miembros de la Marcha de Mareas".

"Cuando llega Rajoy, pocos minutos después, la concentración es desconvocada y comienza a disolverse con normalidad. Pero la policía impide a los pocos que aún quedan en esa calle salir de la calle, que han cerrado con sendos cordones policiales a ambos lados, a no ser que las personas que ellos decidan se identifiquen", continúan.

La treintena de manifestantes se niegan a que hagan responsables a sólo unos pocos y les proponen que se les identifique a todos, porque todos están haciendo lo mismo. "La policía se niega, impide a los allí concentrados abandonar la calle y los agentes empiezan a empujar".

De repente, según indican, "separan a un chico y a una chica del grupo y los reducen. La calle se llena de agentes para hacer una muralla humana mientras sus compañeros siguen reduciendo a estos chicos. Ante la indignación del resto del grupo, la respuesta son manotazos y golpes de porra, llevándose detenida a la pareja".

Durante una hora y media, activistas, abogados de diversas asociaciones, y la coordinadora anti-represión no consiguen dar con el paradero de los dos detenidos, personándose en las distintas comisarías de la ciudad.

Los dos detenidos pasan horas en comisaría antes de poder hablar con el abogado, allí presente desde el primer momento. Ya por la noche, salen en libertad con graves cargos, acusados de atentado a la autoridad, agresiones y desorden público, y son recibidos en la puerta por sus compañeros.

Tras estos hechos, los colectivos de la Marcha de Mareas han mostrado su apoyo a los dos jóvenes detenidos, que en ningún caso mostraron agresividad alguna, ni provocaron en absoluto a las fuerzas de seguridad.

"Más bien al contrario, fueron estas las que, al finalizar la concentración y sin que existiese ni hubiese existido problema de seguridad ciudadana alguno, cargó contra los manifestantes", han subrayado.

Por ello, los colectivos han pedido al Delegado del Gobierno que "explique esta actuación, que confirme si respalda o condena la actuación de sus agentes, y que aclare si esta forma de proceder se debe a miembros descontrolados de la Policía o si por el contrario, cumplen órdenes salidas desde Delegación".

"En cualquier caso, ya sea por acción o por omisión, el delegado del gobierno Joaquín Bascuñana, ha quedado completamente desacreditado para continuar en el cargo, y exigimos su inmediata dimisión", concluyen.