Escher, el artista, investigador visual y matemático inmerso en un "juego tedioso"

  • Introvertido y meditabundo, el ilustrador y grabador estaba pendiente de su mundo interior, pero no producía obras de carácter sentimental.
  • Una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de Moscú recorre la carrera del artista holandés en una retrospectiva de más de 100 obras.
  • En sus trabajos examinó las posibilidades de representar el infinito, retó a la percepción psicológica y a las tres dimensiones.
Imagen de una de las salas de la exposición de Escher en el Museo de Arte Moderno de Moscú
Imagen de una de las salas de la exposición de Escher en el Museo de Arte Moderno de Moscú
Mmoma - Van Toorn
Imagen de una de las salas de la exposición de Escher en el Museo de Arte Moderno de Moscú

Estudió arquitectura, pero pronto la cambió por las artes gráficas. Maurits Cornelis Escher (1898-1972) fue siempre un dibujante vocacional y brillante grabador de difícil clasificación. Introvertido y meditabundo, el holandés estaba pendiente de su mundo interior, pero no producía obras de carácter sentimental. Su lenguaje artístico era el de los efectos ópticos, los espacios negativos, la simetría, el trabalenguas de la lógica...

A lo largo de más de un centenar de trabajos entre litografías, grabados y linóleos; el Museo de Arte Moderno de Moscú (Mmoma) representa los diferentes periodos de la carrera del singular autor en Escher, una exposición que hasta el 9 de febrero ofrece una retrospectiva con motivo de la celebración a lo largo del año 2013 de las relaciones entre Holanda y Rusia.

También con material de archivo (fotos y audiovisuales) procedente de la Fundación M.C.Escher de Holanda, la muestra cuenta con piezas tempranas del artista —incluida una primera edición de St. Francis (1922), una colección de grabados con elementos que luego retomaría en el momento álgido de su carrera—, obras de su época en Italia (donde vivió de 1922 a 1935) y la época holandesa, la de mayor reconocimiento de un autor que no disfrutó de la fama hasta principios de los años cincuenta.

"Dos mundos distantes se convierten en uno"

En las obras de Escher un tramo de escaleras puede ascender y descender al mismo tiempo, los espacios de separación entre las aves de una bandada forman siluetas de peces, una mano dibujada sobre un papel puede saltar a las tres dimensiones y pintar una mano igual en sentido contrario.

Figura indispensable para la animación y el diseño moderno, Escher decía que jugaba "a un juego tedioso", era un investigador visual que examinaba las posibilidades de representar el infinito, retaba a la percepción psicológica y a las tres dimensiones.

"Una superficie plana no tiene en realidad tres dimensiones y no tiene por qué seguir las reglas de la realidad", decía en una entrevista a la publicación neoyorquina Metropolitan Mathematician's Journal en 1948, en los años previos a su ascenso a la fama mundial. "Soy consciente de la matemática implícita en mi arte (...). Dos mundos distantes se convierten en uno, de hecho me considero más un matemático que un artista".

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