Detenido el trabajador de un salón de juegos acusado de un atraco en mayo en el que simuló ser víctima

La Policía Nacional ha detenido como presunto tercer implicado en el atraco perpetrado el 22 de mayo en Cádiz en el Salón Recreativo de la Segunda Aguada al trabajador del establecimiento que simuló ser víctima del robo y que supuestamente había ideado "el golpe en un plan pactado y preconcebido" en unión con los otros dos presuntos autores, a los que conoció días antes en el establecimiento.

La Policía Nacional ha detenido como presunto tercer implicado en el atraco perpetrado el 22 de mayo en Cádiz en el Salón Recreativo de la Segunda Aguada al trabajador del establecimiento que simuló ser víctima del robo y que supuestamente había ideado "el golpe en un plan pactado y preconcebido" en unión con los otros dos presuntos autores, a los que conoció días antes en el establecimiento.

Según informa la Policía en un comunicado, el detenido, R.A.S.S. de 54 años de edad y nacido en Uruguay, era el empleado del salón y sufrió ese día de mayor un atraco a mano armada cuando se encontraba cerrando el local y dos personas desconocidas entraron en él por debajo de la baraja metálica, le agarraban y a empujones lo trasladaban hacia el fondo del establecimiento, donde le propinaron varios golpes y empujones hasta que lo amordazaron exigiéndoles las llaves de la caja.

Según el relato, tras forzar los atracadores la caja de seguridad, se hicieron con un botín de unos 2.200 euros en efectivo, así como de un ordenador portátil y una PDA utilizada por los empleados del recreativo, por lo que la Policía Nacional, a través de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría Provincial, inició una investigación y detuvo a los dos presuntos autores.

Así, fue detenido en Chiclana de la Frontera, E.D.R.R. de 27 años de edad, como uno de los presuntos partícipes y hallaron en su domicilio "numerosas pruebas incriminatorias que dieron como resultado su ingreso en prisión preventiva decretado por el Juzgado de Instrucción número dos de Cádiz", añade la Policía.

Para identificar al segundo autor realizaron diversas gestiones y, tras recabar información de las declaraciones del primer detenido dando cuenta pormenorizada de exhaustivos detalles relativos al origen, la preparación y la ejecución del atraco, surgieron "ciertos indicios" a lo largo de la investigación de la implicación de una tercera persona como autor intelectual del atraco.

Según determinó la Policía, el empleado y víctima del atraco también estaría implicado y lo consideraron "el verdadero cerebro de la operación", por lo que los investigadores se centraron en recopilar todas las pruebas que "constataban una estrecha relación entre el empleado y presunta víctima de los hechos con uno de los atracadores ya detenido".

A raíz de las pruebas incriminatorias obtenidas tras examinar todos los indicios recabados, así como el análisis de las declaraciones del anterior detenido, el pasado día 29 de octubre fue detenido R.A.S.S., al que se imputa la comisión de los delitos tipificados como Simulación de Delito, Apropiación Indebida y Daños.

El supuesto falso víctima ideó un atraco, según la Policía, para apoderarse de la recaudación del negocio y para ello invitó a participar a dos hombres que había conocido semanas antes en la sala, con los que entabló amistad narrándoles las dificultades económicas por las que atravesaba y la precariedad de sus condiciones laborales. El empleado les ofreció un botín "muy goloso", llegándoles a indicar que la cifra podría alcanzar cerca de los 40.000 euros y que él se quedaría con una cuarta parte de los beneficios obtenidos, añade la Policía.

Supuestamente los dos individuos aceptaron ejecutar el robo y pactaron una serie de acciones para que el golpe resultara creíble. Al final, los agentes policiales consideran que el empleado se apropió en secreto, antes de la entrada de sus consortes, del dinero que se encontraba disponible para los cambios llevándose los otros asaltantes solamente 200 euros, un ordenador portátil y una PDA y produciendo gran cantidad de daños en las maquinas recreativas, especialmente en las de cambio de dinero.

Los propios asaltantes, según el relato policial, fueron, por tanto, víctimas a su vez de una especie de estafa, ya que las cantidades que hoy en día maneja un salón recreativo no son tan elevadas desde que comenzó la crisis y su recaudación estaba muy lejos de lo que les habían prometido e incluso el autor intelectual les mintió sobre las facilidades con las que iban a contar para ejecutar el robo ya que su fin último era apoderarse en solitario de gran parte del botín antes de perpetrase el atraco apropiándose de 2.000 euros.

Una vez finalizadas las diligencias policiales el atestado fue remitido al Juzgado de Instrucción de Guardia, donde el detenido pasó a disposición judicial.

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