"Supongo que todo esto tiene que ver con crecer viendo películas de monstruos en un apartamento lleno de pósters de Marilyn Monroe", bromea la ilustradora estadounidense Erika Deoudes (Washington DC, 1984) cuando se le pregunta por su extravagante proyecto.
Alien coloca de forma estratégica sus largas piernas y dobla el rabo con coquetería. La Masa Devoradora —amorfa y viscosa— posa en corsé y ligueros tras comerse unos bombones. Nosferatu se sabe irresistible desnudo y sólo cubierto por ratas. El Monstruo de la Laguna Negra se toma un cóctel con un piña como recipiente y sumergido hasta la cintura como en la piscina de un hotel. King Kong se enjabona el cuerpo.
Cada personaje corresponde a un mes en el The Calendar of Sexy Monsters (El calendario de los monstruos sexis), una colección de ilustraciones de criaturas de clásicos del cine de terror que se despojan de la actitud amenazante y se descubren en posturas y gestos provocativos inspirados en las pin-ups.
El hombre lobo con la felicitación de Año Nuevo afeitada en el pecho
"Elegir sólo tres películas de miedo es más horrible que cualquier horror que haya visto en una, pero me quedo con Alien, el octavo pasajero (y la saga de Alien, ya sé que hago trampa), El resplandor y La semilla del diablo. Ya buscaría una manera de colar La invasión de los ladrones de cuerpos (el remake de 1978), La niebla y Rojo oscuro".
Deoudes amontona con facilidad títulos de terror, lo mismo sucedió con las criaturas del almanaque. Pensando en "regalos tontos de Navidad" imaginó un calendario de "Godzillas sexis", pero pronto "demasiados monstruos se arrastraron sigilosos" hacia la mente de la artista, que se puso inmediatamente a dibujar un hombre lobo felicitando el Año Nuevo con el mensaje afeitado en el pecho.
"Lo sensual es innato"
Hechas "un 93%" en rotulador sobre papel Bristol y "un 7%" con ordenador para realzar el color que absorbe la celulosa, ella misma produce todas las impresiones en su "pequeño laboratorio doméstico". Para los posados tampoco salió de casa, se fotografió en las posturas que luego exhibirían los monstruos "salvo en los casos del hombre lobo y de Drácula".
Aunque es un ejercicio de humor, creatividad y homenaje cinematográfico; la autora declara que "esos otros calendarios sexis" le "revuelven el estómago". Sus ilustraciones también buscan "ampliar la definición de belleza". Deoudes quiere demostrar que "lo sensual es innato, todo el mundo lo tiene y trasciende los rasgos físicos, la raza y el sexo".
Retratar a seres, vistos en el cine como repulsivos, es un reto artístico y también una llamada a la autoestima: "Si un ancestral vampiro puede mostrar su cuerpo plagado de ratas o la Masa Devoradora se puede poner un corsé, tú estás bien sin todo ese maquillaje y sin cirugía estética".
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