Al menos, en Pozuelo de Alarcón. El Ayuntamiento estrenó ayer un novedoso sistema para limpiar estos residuos de las calles de la localidad.
La clave está en la tecnología. Dos máquinas de última generación irán limpiando de chicles poco a poco las aceras y calzadas de Pozuelo. Cada aparato, que puede llegar a limpiar hasta 200 chicles por hora, funciona con inyección de vapor de agua y líquido limpiador a alta temperatura. Esta mezcla logra diluir las manchas y desinfectar la superficie.
El mismo dispositivo funciona como un potente aspirador que se lleva los residuos del chicle al depósito interior y, al mismo tiempo, impide que el vapor se extienda creando molestias al paseante.
Las máquinas, de la Concejalía de Medio Ambiente, son silenciosas y no utilizan productos nocivos para las personas. La campaña, que se inició ayer, se concentrará en la Plaza Mayor durante los próximos diez días. Luego, las máquinas, y los operarios que las dirigen, irán avanzando poco a poco por otras zonas de Pozuelo hasta dejarlas limpias de chicles.
Estas máquinas quitachicles siguen la estela de la innovación en la limpieza urbana marcada antes por aparatos similares, como las aspiradoras de excrementos caninos, popularmente conocidas como motocacas, que funcionan desde hace años en grandes ciudades como Madrid.
50.000 gérmenes por miligramo
Las manchas de chicle en las aceras pueden acumular hasta 50.000 gérmenes por miligramo, según los análisis realizados por el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Pozuelo en muestras de estos residuos. Entre las enfermedades que pueden transmitir al hombre estos microorganismos destaca la neumonía.
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