El joven cineasta almeriense José Luis Estévez participa estos días en el certamen internacional del Festival Internacional de Cortometrajes 'Almería en corto' con su último trabajo, 'El exceso de silencio de una luz inesperada', en la que narra una historia basada en la comunicación entre seres humanos y que ha supuesto un año y medio de trabajo desde que comenzó a gestarse, sentido en el que considera que "se puede tardar lo mismo en hacer un largo profesional que en hacer un corto".

En una entrevista a Europa Press, Estévez ha señalado la posibilidad que ofrecen los cortometrajes a los jóvenes cineasta como medio para impulsar su actividad y hacer cine. "No rechazaría la posibilidad de hacer un largometraje, pero si me tengo que embarcar en hacer uno con mis medios económicos, ¿cuánto tardaría?", se pregunta el director.

"Me mataría estar con un proyecto importante durante cinco años en lugar de hacer cinco proyectos más pequeños", ha explicado el autor, quien ha afirmado que "con muy poco dinero" se pueden realizar obras que permitan obtener una "gran satisfacción personal dentro del cine".

En esta línea, ha elogiado la posibilidad que ofrecen los certámenes que se incluyen en el festival 'Almería en corto' para impulsar a nuevos directores a través de sus obras aunque no aspiren a realizar un largometraje.

'El exceso de silencio a una luz inesperada' enfrenta así su primera sección competitiva. La obra narra la historia de amor entre Eileen, una locutora de radio ciega interpretada por Mar Serrano, y Héctor un fotógrafo sordo que caracteriza Antonio Gómez y que, en buena parte del metraje, suple también el operador de cámara Javier Hidalgo, ya que la cinta se nutre del plano secuencia subjetivo que ofrece la mirada del protagonista.

Para este "experimento", según define su creador, hubo que adosar una cámara a un casco de motocicleta desde donde se capta la mirada de Héctor, quien se comunica mediante sistema dactilológico con Eileen. La introducción del espectador en la piel de los personajes se completa con una banda sonora y una voz en off —la de Héctor— así como una pantalla en blanco que ofrece la no visión de la protagonista.

A través de estas perspectivas, Estévez cuenta una historia de comunicación entre personas en el que el intercambio de sentidos se agudiza en la transmisión de la historia. "Al hacerlo así coge toda la fuerza, la historia habla de la barreras de la comunicación y ellos demuestran las formas que tiene el ser humano de comunicarse. Es la forma de empatizar y ver cómo ellos ven el mundo", según ha explicado.

La producción ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Fondón, el Ayuntamiento de Roquetas de Mar, la Diputación Provincial de Almería y la financiación mediante el micromecenazgo. En el rodaje ha participado un equipo de 22 personas que han grabado en Fondón la mayor parte del cortometraje.