Comprar un piso para luego reformarlo puede ser un buen negocio: ventajas y claves

  • Tiene dos grandes ventajas: su precio y la posibilidad de personalizarlo.
  • Compartimentado o no, debemos saber descubrir el potencial que tiene el piso.
  • Entonces deberemos hacer una estimación del presupuesto de la reforma.
Fachada de un edificio de pisos.
Fachada de un edificio de pisos.
FLICKR/furilo
Fachada de un edificio de pisos.

En este mercado inmobiliario tan distinto, toda alternativa es una posibilidad que hoy se estudia y ayer se hubiera despreciado. Es el caso de la compra de pisos a reformar. Una inversión más reducida y unas posibilidades de futuro que muchas veces están en nuestras manos. De la mano de Plan Reforma repasamos las características de este tipo de compra.

Comprar una vivienda a reformar tiene ventajas; dos fundamentalmente: su precio y la personalización. Un piso que necesita una reforma integral (instalaciones, baños y cocina), por estar claramente desactualizado, será siempre mucho más económico que uno reformado.

Además, personalizarlo. Cuando hacemos una reforma integral podemos empezar de cero. Esto significa que podemos distribuir los metros según nuestra forma de vida, nuestras necesidades y, claro está, nuestros gustos.

Pero no todo es tan fácil. Hay más factores a tener en cuenta. El primero es el potencial que tiene el piso. Cuando el piso está realmente mal, difícilmente nos entrará por la vista, pero hay que verlo bien, ver su estructura y posibilidades.

Si se trata de un espacio diáfano es más sencillo poder imaginar cómo nos gustaría compartimentarlo. Sin embargo, lo más normal es que esté dividido en varias habitaciones y nos resulte complicado hacernos una idea de si el piso tiene o no potencial. Muchas veces un profesional nos puede ayudar a ver cómo sacarle el máximo partido a la vivienda.

A continuación debemos hacer una estimación del presupuesto de la reforma. Tocará hacer números y ver si realmente concuerda con el dinero que queremos o podemos invertir en vuestra vivienda. Es decir, que por poco que nos vaya a costar el piso no es cuestión de luego arruinarse con reformas faraónicas.

Finalmente no debemos olvidar los aspectos legales de la reforma. Si queremos convertir un local en vivienda o derribar parte de una pared estructural, tendremos que pedir permiso a la comunidad de vecinos. Conviene indagar sobre cómo es la comunidad. Incluso se puede poner como condición en el contrato de arras un acta de la comunidad aprobando las obras antes de la compra-venta.

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