La explosión de la música acid house en Londres y el llamado Segundo Verano del Amor con las raves como escenario y el éxtasis como droga de uso masivo no hubieran sido posibles sin la influencia de Ibiza y sus grandes discotecas de comienzos de los años ochenta. Es la tesis que sustenta la exposición Ibiza: Moments of Love (Ibiza: momentos de amor) que se celebra en la capital británica.

La muestra, organizada por el Institute of Contemporary Arts (Instituto de Arte Contemporáneo, ICA según sus siglas en inglés), reúne material gráfico y fotos que documentan la importancia de los tres grandes templos musicales y de sexo muy libre de la isla balear: Ku, la llamada "discoteca más bonita del mundo", al aire libre y con una piscina olímpica en el recinto; Amnesia, el templo para la alta madrugada y el amanecer, y Pachá, el local exclusivo, la "disco-boutique".

"Pocos lugares en el tiempo y el espacio fueron tan inspiradores y fantásticos como Ibiza a comienzos de los años ochenta", dicen los organizadores de la exposición, que estrá en cartel hasta el 26 de enero. "La isla era el hogar de tres de los mejores clubes del mundo y se convirtió en una especie de campamento para todos los freaks de la discotecas".

Ibiza: Moments of Love pretende crear "un retrato de Ibiza en los ochenta" con la exhibición de pósters de los clubes —algunos de ellos se han convertido en objetos que los coleccionistas persiguen—, flyers de eventos y fiestas especiales o temáticas. Los carteles más espectaculares son los sicodélicos que firmó para la discoteca Ku el artista Yves Uro, que trabajaba a mano alzada —los programas de software llegarían más tarde—, y de Armin Heinemann, propietaria de la icónica boutique Paula’s Ibiza.

También se muestra una serie de fotos originales de que el británico Derek Ridgers hizo en el Ku en 1984. "Hice las fotos para The Face [revista inglesa de cultura y moda], pero no les interesaron. Creo que llegué demasiado pronto. Un año después editaron un número completo sobre Ibiza sin una sola de mis fotos", recuerda con humor e ironía el fotógrafo.

La explosión ibicenca como centri mundial de la cultura de los clubes no fue casual, dicen desde el museo. "Desde mucho antes, era la isla de la libertad, una alternativa liberal para los españoles durante la dictadura de Franco. En los años setenta era un punto crucial de la red global hippie, desde comienzos de los ochenta comenzó a ser un destino para las vavaciones o escapadas de los europeos de entre 18 y 30 años y también un lugar de encuentro para los navegantes de yates. Ibiza siempre fue el gran tesoro europeo de las islas del placer".

En 1987, varios pinchadiscos ingleses acudieron a la llamada. Entre ellos estaban Danny Rampling y Paul Oakenfold, que al regresar al Reino Unido abrieron en Londres, habiendo tomado nota de la experiencia, los clubes Shoom y Spectrum, los primeros templos británicos de la cultura musical del acid house, directamente copiados en ambiente y música de las discotecas de Ibiza.

Uno de los que vivieron los años locos de loco, el también DJ David Dewaele, del colectivo 2manydjs, opina que el secreto de los clubes de Ibiza en los años ochenta era que "no estaban basados en beats por minuto de la música programada, sino en el día y la noche en las playa o las discotecas... Todo era bastante poco programado".