De un amarillo anaranjado, viscosa y de mal olor.
Así es la nieve que está cayendo desde hace tres días en algunas regiones de Siberia Occidental, concretamente en Tomsk y Tiumén.
Como medida de prevención, Yáblokov ha recomendado purificar el agua.
Sin embargo, el Ministerio de Rusia para Situaciones de Emergenciaha subrayado que estas peculiares precipitaciones no representan peligro.
"No hay motivos para el pánico"
El director del departamento de Emergencia para Tiumén, Víctor Chipchái, reveló que los análisis preliminares indican que la nieve contiene concentraciones elevadas de productos ferrosos y otros metales, pero que no son nocivos.
"No hay motivos para el pánico, la naturaleza del color de la nieve está establecida y no es peligrosa para la población", subrayó Chipchái en unas declaraciones a Interfax.
Asimismo, el portavoz del Ministerio para Situaciones de Emergencia, Víctor Beltsov, afirmó que la nieve amarilla que ha caído en Tiumén y Tomsk no contiene substancias químicas, tóxicas o radiactivas y niega que presente olores o viscosidad.
Pero las autoridades locales, según la televisión rusa, han recomendado a la población evitar el contacto con la nieve y mantener el ganado en los establos.
Un manto de cien kilómetros
En la región de Tomsk la nieve amarilla cayó en varias franjas de cien kilómetros de longitud por un kilómetro de ancho, zonas en donde se encuentran 49 aldeas con una población de 27.000 habitantes.
"Por lo visto, estamos ante un caso de contaminación del entorno debido a un factor tecnológico", dijo, por su parte, Alexéi Kisiliov, representante de la organización ecologista Greenpeace en Rusia.
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