Barceló, que cursó estudios en la Escuela de Artes Decorativas de Palma y en la de Bellas Artes de Barcelona, ha desarrollado a lo largo de siete años un proyecto «muy ambicioso» en la catedral de Palma, según explica la doctora en Bellas Artes y autora del libro Miquel Barceló: insularitat i creació, Tónia Coll.

Ambicioso proyecto

«Es un proyecto interesante y ambicioso en el que él ha representado no sólo la cuestión bíblica (del milagro de los panes y los peces), sino también una visión cosmogónica del mundo», dice Coll.

El trabajo de Barceló, para la experta, podría asemejarse al que desarrollaban los renacentistas como Miguel Ángel y Leonardo, «la del artista absoluto que quiere tocar todos los aspectos de su obra de arte». Sin embargo, y a pesar de su gran capacidad para emocionar y de buscar la «exuberancia de la materia», su trayectoria artística, hasta el momento, no alcanza el reconocimiento que ostentan grandes como Antoni Gaudí o Pablo Ruiz Picasso.

«Ellos tienen una genialidad que ha desaparecido hoy en día», apunta Àlex Nogué, profesor de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. «Eso lo dirá el tiempo», concluye Coll.

Trayectoria

Miquel Barceló siempre ha trabajado dentro de la línea del expresionismo figurativo, según los especialistas.

Evolución. En sus comienzos era un artista más visceral y vivencial, que se fijaba en la figura del hombre. Emplea motivos naturales, tanto terrestres como marítimos. En sus últimos trabajos, como la capilla del Santísimo de la catedral de Palma, el artista busca la exuberancia de la materia y la representación de ésta.

Grandes obras. Barceló es muy buen dibujante. De sus series de pinturas destaca Mapa de carn (1982), una obra que muestra las vivencias del pintor en la gran ciudad. África, y en particular Malí, donde ha vivido largas temporadas, le han servido de inspiración en sus trabajos.

Motivos. El artista pinta sobre la vida y la muerte y no olvida la temática del tiempo en sus trabajos. Está encuadrado dentro del arte contemporáneo más clásico.