Un niño de cinco años que padece una minusvalía psíquica grave permaneció abandonado durante 6 horas en un autobús escolar estacionado en una calle de la localidad madrileña de Majadahonda, tras haberlo olvidado la monitora y el conductor del vehículo.

Según dijo el viernes N.T., la madre del niño, a las 9:30 horas del miércoles, dejó a su hijo en la parada de la Avenida Juan Gris de Villanueva de la Cañada donde un autobús de la empresa Gómez Rey Transbús recoge cada día a varios alumnos del colegio público de educación especial de Las Rozas en el que estudia el menor.

Sobre las cinco de la tarde, la madre acudió a recoger a su hijo de manos de la misma monitora, M.L., que lo había llevado al colegio por la mañana, sin que ni ésta ni el conductor le comunicaran ninguna novedad sobre el niño, pero ella advirtió inmediatamente que el pequeño estaba "nervioso" y tenía mucho frío, por lo que lo llevó rápidamente a su domicilio para darle un baño de agua caliente.

Minutos después, la madre recibió una llamada de la directora del colegio, quien le contó que los dos empleados de la empresa Gómez Rey olvidaron sacar al menor del vehículo al llegar al colegio.

Al saber lo que había sucedido con su hijo, acudió a presentar una denuncia a la Guardia Civil.

Según consta en la denuncia, la monitora dijo al día siguiente a la madre que "pensó que había sido el chófer quien se había encargado de bajar al niño", y el conductor le contó "que no se había dado cuenta de que se había quedado en su silla de viaje ya que estaba en la última fila.

En la denuncia presentada en la Guardia Civil, la madre afirma que el minibús dispone sólo de 8 plazas, y que es "muy difícil" no ver la parte trasera del vehículo "por lo pequeño que es" y dejar a su hijo "tirado como una mochila".

El pequeño, que sufre una disminución psíquica grave, concretamente hiponatrema severa, y estaba convaleciente de una "importante" operación de cirugía neurológica, no habla, padece convulsiones y su desarrollo físico y mental es el de un bebé de menos de un año, por lo que "hay que estar pendiente 24 horas", según la madre.

En las más de 6 horas que transcurrieron desde que N.T dejó a su hijo en el minibús escolar, el niño padeció temperaturas de dos a cuatro grados, pues la calefacción estaba apagada y el vehículo se hallaba en la vía pública, no comió ni bebió nada y tampoco tomó la dosis diaria de sodio "fundamental por su enfermedad".