El juicio que se ha celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Jaén por un supuesto delito continuado de agresión sexual cometido presuntamente en la localidad jiennense de Torredelcampo por un hombre, identificado como M.A.P.S., sobre su sobrina carnal durante cinco años, desde que ésta tenía seis hasta que cumplió once, ha quedado visto para sentencia.

Así lo ha confirmado este jueves a Europa Press la abogada que ejerce la acusación particular a través de la asociación Amuvi —vinculada al Instituto Andaluz de la Mujer (IAM)—, Celia Megía, que ha confirmado que tanto la Fiscalía como ella han elevado a definitivas sus peticiones de penas.

En concreto, ambas partes solicitan para el encartado un total de doce años de prisión al considerarlo autor de un delito continuado de agresión sexual, así como una orden de alejamiento de su sobrina para los diez años posteriores a su salida de la cárcel, y el pago de una indemnización a ésta de 200.000 euros.

Por su parte, la defensa del acusado se ha ratificado en el juicio, celebrado este miércoles, en su petición de libre absolución para su cliente, según ha confirmado la citada letrada, que se ha mostrado satisfecha por el modo como se ha desarrollado el juicio.

Así, ha señalado que el testimonio de la joven en el juicio resultó "desgarrador", y los forenses que prestaron declaración como testigos en la vista "confirmaron" los supuestos abusos, que, por su parte, negó el acusado.

En su escrito de calificación, la Fiscalía relata que el acusado —hermano del padre de la víctima—, aprovechando que convivió con ella durante su infancia y adolescencia en casa de su abuela paterna, en Torredelcampo, "ya en su habitación, ya en el sótano o en la cámara de la casa aprovechando que se quedaba solo con la menor", y con "el deseo de satisfacer su lujuria", desde que su sobrina tenía seis años "y hasta que cumplió los once", comenzó a "realizar tocamientos por el sexo de la niña", así como le "cogía las manos para llevársela a los genitales" y "se masturbaba" delante de ella.

El Ministerio Fiscal señala también en su escrito que la niña, nacida en 1990, no reveló estos supuestos abusos "hasta que cumplió los 20 años" por "vergüenza", así como "por el hecho de convivir con su abuela y el miedo a las posibles represalias de su padre hacia el procesado".