La Zaranda analiza la sociedad actual comparando las vidas de un hombre y un cerdo en 'El régimen del pienso'

La compañía andaluza La Zaranda analiza la sociedad actual, "a golpe de realidad brutal', estableciendo un paralelismo entre las vidas de un hombre y un cerdo, en su montaje 'El régimen del pienso', que se podrá ver a partir de las 20,30 horas de este jueves, en el Bretón de Logroño, dentro del 34 Festival de Teatro de la ciudad.
Imagen del montaje 'El régimen del pienso'
Imagen del montaje 'El régimen del pienso'
LA ZARANDA
Imagen del montaje 'El régimen del pienso'

La compañía andaluza La Zaranda analiza la sociedad actual, "a golpe de realidad brutal', estableciendo un paralelismo entre las vidas de un hombre y un cerdo, en su montaje 'El régimen del pienso', que se podrá ver a partir de las 20,30 horas de este jueves, en el Bretón de Logroño, dentro del 34 Festival de Teatro de la ciudad.

Como ha relatado el director de la compañía y de la obra, Francisco Sánchez, esta comparación "depende de cómo se entienda la vida, si un hombre solamente tiene vida para engordar, entonces es bastante parecido a un cerdo; si busca más, es ir más allá, porque la verdad no la tiene nadie".

En la obra, original de Eusebio Calonge, se cuenta cómo una epidemia porcina pone en jaque a las teorías veterinarias: unas apuntan al exceso de pienso; otras, a su mal reparto. Esta circunstancia afecta a la industria del sector, con personal eliminado según su rendimiento.

Dos tipos de vida, la del cerdo y la del hombre, sin más esperanza que una muerte indolora, se entrecruzan y hasta se confunden. Todo, entre archivos, necropsias, "que simulan la existencia que representamos, en la que los artistas son forenses o los forenses simulan ser artistas".

Francisco Sánchez, uno de los miembros fundadores de La Zaranda -Premio Nacional de Teatro 2010-, ha hecho especial hincapié en que "la obra no es que sean de actualidad, como han dicho los críticos, es que es una realidad permanente, el hombre que solo vive para lo material y para la producción vive una vida muy paralela a la de la pocilga".

En escena, cuatro actores, con uno central, el vallisoletano Javier Semprún, "que, cuando se incorporó a la compañía, preguntó si tenía que hablar en andaluz o en español, y yo le contesté que hablara con la verdad". Junto a los intérpretes, cuatro archivadores antiguos, cuatro estanterías y cuatro flexos son el único escenario.

"Estamos obsesionados con lo mínimo, hacer lo máximo", ha asegurado Sánchez, quien ha explicado que, con estos elementos, "nada más que moviéndolos de sitio, se simulan lo mismo los pasillos de una oficina, que un hospital o una pocilga".

Para el director teatral, "lo que queremos es llegar al corazón del público, el espectador se siempre el centro de los montajes de La Zaranda, buscando personas que vayan, que necesiten ir más allá del teatro de mero entretenimiento".

"Hacemos un ejercicio poético, desaparecemos para que sea el espectador el que haga su catarsis, su propio ejercicio de amor con el teatro. Queremos que se dé el milagro de la comunicación", ha afirmado Francisco Sánchez, quien se ha mostrado incluso asombrado del éxito que este montaje ha tenido "por ejemplo, en Estados Unidos".

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