Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Murcia que practicaron la autopsia a la niña fallecida en Fortuna en 2008 y los tres forenses particulares propuestos por los abogados de la defensa han sostenido versiones totalmente contrapuestas en la sexta sesión del juicio que se ha celebrado este miércoles en la sección tercera de la Audiencia Provincial de Murcia.

En concreto, los médicos del Instituto de Medicina Legal han ratificado el informe forense que elaboraron tras la autopsia, y han asegurado "sin lugar a dudas" que la pequeña falleció tras sufrir una agresión sexual que le originó una peritonitis aguda que, a su vez, desembocó en un 'shock séptico' que le provocó una muerte "agónica".

Por el contrario, los tres forenses que han sido propuestos por la defensa han afirmado que "en absoluto" se puede determinar que la muerte tuviera lugar como consecuencia de una agresión sexual, sino que consideran "más probable" que se tratase de un traumatismo accidental ocasionado al golpearse en sus genitales con "un objeto contundente", que sería "compatible con la caída de la bicicleta" que describen los acusados.

La versión de los forenses oficiales

Los tres médicos del Instituto de Medicina Legal que han acudido a la vista han asegurado que, del examen y del informe forense, se extrae que la niña fue objeto de "maltratos" y han asegurado taxativamente que las lesiones presentes en la zona genital se debieron a una "agresión sexual", y no pudieron ser originadas de forma "accidental".

Han tachado de "imposible" que estas lesiones se debieran al impacto accidental del manillar de la bicicleta o algo similar. "Siempre que hemos visto este tipo de lesiones se ha tratado de agresiones sexuales", han aseverado.

Han declarado que este tipo de lesiones requieren un tratamiento "urgente" y que, si no son atendidas, pueden conducir a una peritonitis y a la muerte. Además, han precisado que esta lesión "sangra mucho", refleja dolor a nivel abdominal y duele "a rabiar". La evolución puede ser "rápida, de un día en el caso de no recibir tratamiento".

Igualmente, han ratificado que las heridas que la niña tenía en el interior de la boca eran propias de un intento de "acallamiento o sofocación" que ven "mucho" en los casos de abusos sexuales. Se trata, han precisado, de lesiones que se producen con los dientes y para las que es preciso ejercer una "presión importante" en la boca, y han descartado que se produjera por un golpe, por ejemplo, al caerse de la cama, porque no había signos externos de lesión, y también han negado que se produjera al intentar intubar a la niña.

Han detallado que la niña presentaba hematomas en los brazos y antebrazos que son propios en los casos en los que se produce una "sujeción" con la mano, aunque también se apreciaban síntomas de haber sido golpeada con un objeto de superficie roma, compatible "perfectamente" con la posibilidad de que la niña alzara sus brazos para defenderse de una agresión.

En los brazos encontraron lo que se denomina hematomas "figurados", porque se queda marcado en la piel el objeto con el que se han producido. Se trata, han añadido, de lesiones "muy habituales en el maltrato infantil" y que se pueden ocasionar al golpear "con correas o palos".

Han descrito, igualmente, la presencia de heridas en la zona del pubis y de las caras internas de los muslos "compatibles con quemaduras por líquidos y con una gravedad, al menos, de segundo grado", tal y como relató el hermano de la víctima, que reconoció haber presenciado cómo su madre y su padrastro le aplicaban agua hirviendo para castigarla.

En este caso, han descartado también la posibilidad de que la niña se hiciera esas quemaduras involuntariamente al introducirse en la bañera, porque "habría tenido las quemaduras en el pie" que es lo que se introduce primero. También han explicado que las quemaduras no se las pudo hacer de pie, porque el agua hirviendo hubiera afectado también a las piernas. Consideran más probable, en cambio, que se le aplicara el agua caliente durante un tiempo y ella estuviera sentada.

En definitiva, han explicado que "Se cumplen las características" del maltrato infantil, que consisten en que las lesiones "se producen en momentos diferentes y los mecanismos con los que se originan son distintos". En este caso, han determinado que algunas heridas estaban cicatrizadas y otras no, y presentaban diferente de inflación.

Por otro lado, han datado la hora de la muerte "aproximadamente" a la 1.00 hora de la madrugada, cuando el cuerpo de la pequeña fue encontrado a las 8.00 horas, aunque han admitido que es imposible dar una hora exacta y admiten un margen de error de una o dos horas.

Versión de los forenses de la defensa

El abogado de la defensa ha interrogado a los forenses y ha basado su estrategia en la posibilidad de que confundieran la lividez del cadáver —el amoratamiento por el efecto de la sangre que se deposita una vez fallecida por efecto de la gravedad— y los hematomas. Los forenses propuestos por la defensa han remarcado que "podrían tener dudas a este respecto".

El médico que realizó el levantamiento del cadáver ha admitido que el cuerpo fue manipulado antes de su llegada pero han asegurado que su experiencia les permite distinguir con claridad y "sin lugar a dudas" una cosa de otra. "De lo contrario, tendríamos que hacer la maleta e irnos", ha señalado.

El abogado de la defensa también ha reclamado un examen microbiológico, que los forenses han reconocido que no practicaron porque las muestras "siempre llegan contaminadas". En cualquier caso, uno de los forenses ha asegurado que "no es importante" el germen que provocara la peritonitis, y ha garantizado que, de haberse efectuado este informe, se habrían alcanzado las mismas conclusiones.

En cambio, los forenses propuestos por la defensa han remarcado que este informe y conocer el germen exacto que lo provocó habría sido útil para averiguar el tipo de peritonitis. Así, han sostenido que hay un tipo de peritonitis llamada "silenciosa" y que no provoca síntomas. De hecho, han explicado que un 13% de los casos "no hay síntomas o son escasos".

Además, los forenses propuestos por la defensa han hecho hincapié en que el 81,9% de los casos de lesiones genitales que llegan a Urgencias son provocados "por accidentes, como ir montado a horcajadas de algo".

Otro de estos forenses ha remarcado el hecho de que los padres llevaran a la niña "hasta en siete ocasiones" al médico con diferentes lesiones y ninguno hizo parte de lesiones. A su juicio, lo "normal" es que no hubiera maltratos. Además, han justificado el hecho de que las lesiones pudieran producirse en la fase de reanimación.

Incluso, en el caso de las lesiones de la boca han considerado que podría haberse generado por la introducción de una vía aérea por parte del personal sanitario que la atendió. "Si existe presión, debería haber pequeñas heridas", han sostenido.

En general, los forenses de la defensa han coincidido en que las lesiones originadas en la zona genital "se han producido por un politraumatismo" compatible con el impacto de un "objeto romo".

Uno de estos peritos aportó la imagen e, incluso, la foto de una bicicleta como la de la niña, en base a los testimonios de los familiares. El manillar de esa bici estaba desprotegido en sus extremos, pero el abogado de la acusación ha enseñado una foto de la bicicleta real, que sí contaba con esta protección, por lo que el forense ha tenido que admitir su error.

Los dos acusados, la madre biológica y el padrastro de la niña, han sido recibidos este miércoles a las puertas del Palacio de Justicia por familiares que les han dado muestras de apoyo, equipados con camisetas y pancartas.