La mujer ha jugado distintos papeles a lo largo de la historia, ser musa inspiradora, uno de ellos. A través del reflejo femenino en el arte puede seguirse el rastro de los cambios en la sociedad y la cultura.
El Eterno Femenino. Retratos entre dos siglos, exposición que la Obra Social de Ibercaja inaugura este jueves en el Patio de la Infanta en Zaragoza, parte de esta premisa y ofrece un recorrido histórico desde finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX para analizar la representación femenina como reflejo de evolución social y cultural.
Para ello cuenta con total de 56 piezas de importantes artistas como Picasso, Miró, Romero de Torres, Sorolla, Gargallo, Botero, Alemany o Barceló con la figura de la mujer como protagonista.
Un ciclo de conferencias y actividades complementan la exposición, que permanecerá abierta hasta el 16 de marzo de 2014.
En cuantro a la estructura de la exposición, pintura, escultura, fotografía, obra gráfica, instalación y dibujo definen cada época y los diversos papeles otorgados a la mujer a través de cuatro visiones de la misma:
Ángel o Mujer fatal (femme fatale)
El estereotipo de ángel del hogar, esposa y madre domina la representación de la mujer en las obras de la transición de los siglos XIX al XX. En esta época son habituales los retratos de damas refinadas, elegantes y distinguidas
Aparecen ataviadas con lujosas ropas y joyas, como la Marquesa de Encinares de Francisco Pradilla o la Dama de Sociedad de Joaquín Sorolla.
Frente a este modelo de mujer aristocrática y respetable, aparece la figura de la mujer descarriada, la hembra de gran atractivo sexual que atrae al hombre y despierta su deseo para llevarlo a la perdición, arquetipo representado en obras como La mujer morena de Julio Romero de Torres.
Musas y creadoras
Ya en los primeros años del siglo XX surge en las ciudades un nuevo tipo de mujer, moderna y activa que lucha por una nueva posición. Con la llegada del sufragio femenino y el mayor acceso a la educación, una elite de mujeres participa en los debates del momento. Son intelectualmente activas, autónomas y creadoras.
En este sentido, Picasso dedica a la mujer gran parte de su producción artística, fascinado por sus parejas y modelos. Participa en la exposición con la escultura Femme debout y cuatro grabados.
La mujer reinventada y los Medios de Comunicación
Con la llegada del movimiento Pop en los años 60 se ironiza sobre ciertos estereotipos femeninos: Miquel Barceló, Fernando Botero o Equipo Crónica juegan y provocan con su propia versión de la mujer.
Los medios de comunicación como parte primordial de la sociedad de consumo e inductora de valores provoca una nueva reflexión sobre la representación de lo femenino y su utilización en la publicidad, retomando los más viejos dos tipos de modelos: la mujer sumisa y la mujer seductora.
La reivindicación del cuerpo
Con la llegada del final de siglo, el feminismo va haciendo más visibles las desigualdades de género y los artistas luchan por conquistar su nueva posición partiendo del conocimiento y la reivindicación del propio cuerpo, como símbolo de la conquista de la independencia y libertad femeninas.
En este sentido, Esther Pizarro es la mejor representante de esta época con sus desnudos deconstruidos, Doble identidad, 2006, que expresan la ruptura de los estereotipos.
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