Tres años y nueve meses de cárcel por dos robos en el centro de salud de la calle Castilla

En uno de ellos amenazó con unas tijeras a una trabajadora

La Audiencia Provincial ha confirmado la pena de tres años y nueve meses de cárcel para el autor de dos robos en las taquillas de personal del centro de salud La Marina de la calle Castilla de Santander y amenazar a una trabajadora con unas tijeras metálicas al verse sorprendido en su acción.

En la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia, se aceptan los hechos de la dictada por el Juzgado de lo Penal Número 1 de Santander, en los que se explica que el hombre, con iniciales a A.B.S, se coló el 18 de noviembre y el 27 de diciembre de 2010 en las taquillas de este centro de salud, forzando varias de ellas y llevándose, entre otros objetos, dinero, un teléfono móvil, documentación de una trabajadora y varios décimos de lotería nacional.

El segundo día, A.B.S. fue sorprendido por personal del centro y se escondió en los aseos del vestuari pero cuando salió una trabajadora se interpuso entre él y la puerta de esa estancia, preguntándole qué hacía allí.

En ese momento, según la sentencia, el hombre levantó una mano en la que llevaba unas tijeras métálicas "con intención de amedrentarla" para que le dejara el paso libre, algo que la trabajadora hizo permitiendo que A.B.S. huyera a la carrera.

Por estos hechos, el Juzgado de lo Penal Número 1 de Santander condenó a A.B.S. a dos años de prisión por un robo con violencia en las cosas y a un año y nueve meses por otro con intimidación. En ambos casos, se le aplicó la atenuante por su "grave adicción" al alcohol.

Además, fue condenado a indemnizar con 268 euros a las trabajadores a las que robó y con 330 euros al Servicio Cántabro de Salud por los desperfectos que causó en el centro de La Marina.

A.B.S. recurrió la sentencia del Juzgado de lo Penal al entender que el robo en el que portó las tijeras metálicas no se podía considerar, a su juicio, robo con violencia, sino, en todo caso, con fuerza.

Apunta que "no ha habido prueba suficiente" de que intimidara a la trabajadora y señaló que "lo único que pretendía era huir". Sin embargo, la Audiencia rechaza este argumento basado en el testimonio de la empleada del SCS, subrayando que ésta siempre ha mantenido la misma versión, por lo que desestima el recurso.

Señalaba que, en cualquier caso, debería haber sido aplicado como un delito cotinuado y debería de haber sido condenado a 2 años de prisión.

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