En los años de gobierno de la Dinastía Ming (1368-1644) China disfrutó de una estabilidad social y de un crecimiento económico reforzado después por el contacto comercial con Europa y Japón en el siglo XVI.
Los Ming (término chino que significa brillante) daban especial importancia a la cultura y a la estética y el periodo también fue revolucionario para las artes, que se refinaban cada vez más: los objetos de porcelana, jade, seda o de madera lacada se trabajaban con un gusto exquisito ante la creciente demanda de productos exclusivos y la proliferación de coleccionistas.
De Nieuwe Kerk Amsterdam, una iglesia monumental en Ámsterdam (Holanda) convertida en museo, expone hasta el 2 de febrero Ming. Keizers, kunstenaars en kooplui in het oude China (Ming. Emperadores, artistas y mercaderes de la antigua China), una muestra que sigue la trayectoria de una poderosa y próspera dinastía conocida por sus logros culturales, económicos y sociales.
La exposición está organizada en colaboración con el Museo de Nankín —uno de los principales de China— y ofrece una selecta colección de piezas creadas para la Corte Imperial como porcelanas amarillas y verdes, pinturas sobre seda, suntuosos ajuares funerarios, retratos a tamaño natural con los que tradicionalmente se daba la bienvenida a los invitados a la corte...
La famosa cerámica holandesa, influida por la porcelana China
El emperador incluso tenía un comité de asesores estéticos que supervisaban la producción constante de los más exclusivos objetos artísticos y artesanos. La creación deliberada de un mercado económico libre generó una gran demanda tanto dentro como fuera del país: China configuró en esos siglos el arte que ahora la sigue representando en el mundo.
Junto a los elaborados objetos del bullente periodo histórico, el centro exhibe una colección de cerámica holandesa de Delft y destaca la conexión entre este tipo de piezas y la porcelana china. La del pueblo de Delft fue una respuesta europea al gusto por las refinadas piezas que llegaban de Oriente y que los burgueses adquirían con entusiasmo en el siglo XVII.
Para completar el recorrido, el museo recopila una serie de dibujos eróticos del especialista en arte erótico chino Ferdinand Bertholet, dueño de una de las mayores colecciones occidentales de este tipo de arte con obras desde la dinastía Ming hasta el Movimiento del Cuatro de Mayo de 1919.
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