Un acusado con antecedentes cumplirá una condena de dos años por robar un cortaúñas plateado y un mechero

Un acusado con antecedentes penales cumplirá una condena de dos años y un día de prisión por apoderarse de un cortaúñas plateado y un mechero de plástico del interior de un coche. La Audiencia Provincial de Palma ha confirmado así la pena que le impuso en julio de este año el Juzgado de lo Penal número 1 por un delito de robo con fuerza en las cosas con la agravante de reincidencia.

Un acusado con antecedentes penales cumplirá una condena de dos años y un día de prisión por apoderarse de un cortaúñas plateado y un mechero de plástico del interior de un coche. La Audiencia Provincial de Palma ha confirmado así la pena que le impuso en julio de este año el Juzgado de lo Penal número 1 por un delito de robo con fuerza en las cosas con la agravante de reincidencia.

La resolución del tribunal de la Sección Segunda, a la que ha tenido acceso Europa Press, desestima de este modo el recurso de apelación que interpuso el inculpado al apuntar que la prueba practicada ha sido "suficientemente contundente" para imponer la anterior condena al inculpado.

En concreto, los hechos tuvieron lugar en torno a las 7.30 horas del 12 de agosto de 2012, cuando el acusado violentó la cerradura de la puerta delantera derecha del vehículo, tras lo cual penetró en su interior y, con ánimo de beneficio económico, se hizo con un cortaúñas plateado y un mechero rojo de plástico. Los dos objetos fueron recuperados por el propietario, que no reclama nada ni por daños ni por los efectos sustraídos.

En su recurso, el inculpado alegaba la vulneración del derecho a la presunción de inocencia al entender que no se practicaron pruebas suficientes para condenarlo, y recriminaba que la sentencia se fundamentase en la declaración de un único testigo que consideraba "poco creíble".

Sin embargo, la resolución confirmada apunta que la actividad probatoria ha sido "suficiente" y señala que el testigo en cuestión se encontraba a unos cuatro metros del lugar en que se produjeron los hechos y reconoció al acusado como autor de los mismos. La sentencia recuerda cómo el propietario declaró que los objetos eran suyos, que dejó el vehículo correctamente cerrado y que comprobó que la puerta del conductor había sido violentada y el interior revuelto.

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