Ante los datos conocidos esta mañana por el INE sobre el IPC, CCOO de La Rioja pide "una política más agresiva y vigilante de control de precios, especialmente de los productos de primera necesidad, como los alimentos".

Desde Comisiones Obreras aseguran que "pese a la moderación de la inflación en La Rioja de -0,4, aumenta el número de personas y de colectivos que pierden poder de compra: desempleados, empleados públicos, que verán nuevamente congelados sus salarios en 2014, con lo que acumularán una pérdida de poder de compra del 14,3% desde 2009, y pensionistas, tras la decisión del Gobierno de poner en marcha de una reforma que no garantiza el mantenimiento de su poder de compra".

Tal y como explican, los precios se recortaron un 0,4 por ciento en La Rioja en septiembre respecto a agosto, fundamentalmente por el final del período de rebajas en el vestido y el calzado, y recortó la subida en los últimos doce meses del 1,5 por ciento registrado en agosto al 0,3 por ciento en septiembre, debido al final del "escalón" que introdujo en las comparaciones interanuales la subida del IVA en septiembre de 2012.

No obstante, "la inflación subyacente (sin alimentos perecederos ni productos energéticos) tiene un comportamiento más inflacionista, el 0,8%, aunque recorta su tasa de variación dos décimas".

A pesar de la desaparición del efecto de la subida del IVA, explican, "sigue habiendo grupos con importantes evoluciones inflacionistas, como la enseñanza, que aumenta sus precios un 9,8% en el último año como consecuencia en gran medida del incremento de las tasas universitarias; los alimentos y bebidas, que crecen un 2,5%, y un 1,3% otros bienes y servicios".

A su vez, continúan, "registran recortes significativos las comunicaciones (-5,9%), aunque su recorte rebaja en dos puntos la observada en agosto, por el incremento del precio de los servicios telefónicos; el transporte (-1,6%) y la vivienda (-1,4%), debidos a un elemento externo: la evolución del precio de los carburantes".

Para CCOO, "está aumentando el número de personas y colectivos que no pueden defenderse de la inflación y que pierden poder de compra: a los sectores socialmente más débiles de desempleados y trabajadores poco cualificados se suman los empleados públicos (que verán nuevamente congelados sus salarios en 2014, con lo que acumularán una pérdida de poder de compra del 14,3% desde 2009) y los pensionistas, tras la decisión del Gobierno de poner en marcha de una reforma que no garantiza el mantenimiento de su poder de compra".