El expresidente del Parlamento Europeo Enrique Barón cree que no debe de haber voto de castigo en elecciones europeas

Cree que "no tiene mucho sentido" hacer un aeropuerto "maravilloso" si tienes "al lado un aeropuerto tan importante" como el de Alicante
Enrique Barón, con su libro
Enrique Barón, con su libro
EUROPA PRESS
Enrique Barón, con su libro

El ex presidente del Parlamento Europeo y ex ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones durante el primer Gobierno socialista de Felipe González, Enrique Barón, cree que no debe de haber "voto de castigo" a los gobiernos de turno en las próximas elecciones europeas de 2014 aunque admite que es una posibilidad.

Barón ha hecho estas declaraciones durante el acto de presentación en Murcia de su libro 'Más Europa, ¡Unida!', donde ha estado acompañado por diversas autoridades como el ex presidente de la Comunidad Autónoma, Carlos Collado, o el actual secretario general del PSRM, Rafael González Tovar.

Barón sostiene que el principal desafío que tiene Europa ahora mismo es cómo afrontar la crisis, y ha parafraseado al ministro de Exteriores de Polonia, quien dijo no temer tanto "el avasallamiento" de Alemania como su inacción. Por ello, está a la expectativa de ver cómo reacciona la sociedad en las elecciones europeas.

Con todo, cree que hay un "cambio" que percibe en los sondeos, puesto que "hay una aceptación ciudadana del euro ya que la alternativa es mucho más difícil". A este respecto, ha llamado la atención sobre la responsabilidad de España en su situación de crisis. "Al final, nos hemos endeudado nosotros, no otros", ha aseverado.

Barón ha remarcado que una de las cosas positivas de esta situación es que los españoles "nos hemos puesto a trabajar y a exportar", pero cree que "otra cosa es salir de la crisis, que no es como una gripe de la que te recuperas, sino que hay desafíos en cuanto a la moral ciudadana y hay que invertir en capital humano y en sectores de futuro".

A lo largo de su intervención, Barón también ha defendido el modelo de estado del bienestar europeo, un continente que "representa el 7 por ciento de la población mundial, un 20 por ciento del PIB y el 50 por ciento del gasto social".

Rebajar la "histeria identitaria"

El ex ministro, durante su intervención, ha dicho sentirse español, europeo y ciudadano del mundo porque "todos somos personas y pertenecemos a la humanidad". Por ello, ha apostado por rebajar "un poco" la "histeria identitaria" en un país como España en el que "compartimos historia y, espero, también el futuro".

Barón también ha considerado "muy preocupante" el resurgir de partidos fascistas como Aurora Dorada en Grecia. A su juicio, hay una "oleada" de partidos con una actitud "a veces xenófoba, de cierre, populista y nacionalista" que, a su juicio, hay que combatir "de forma activa".

No obstante, también ha remarcado que en países como Alemania, el partido que ha surgido en la derecha "no es neonazi", sino una formación "respaldada por intelectuales que apuestan por abandonar el euro y la vuelta al marco", pero recuerda que esta opción apenas ha recibido el cinco por ciento de los apoyos.

Aunque admite que hay "factores preocupantes", se remite a la enorme responsabilidad que tienen los partidos políticos" de cara a las elecciones europeas de 2014, y espera que las formaciones hagan campaña "y eviten de esa forma tentaciones de volver al pasado".

Aeropuerto y corredor mediterráneo

En lo que respecta a la actualidad de la Región de Murcia, Barón ha recordado que en su etapa de ministro ya recomendó a la Comunidad Autónoma pedir la autovía entre Alicante y Murcia sin peaje, porque los aviones "no se sienten atraídos porque hay terminales con mármol, sino que los aeropuertos son paradas de taxis".

Por tanto, señala que los aeropuertos funcionan "si hay aviones y taxis, sino no". En este sentido, cree que "no tiene mucho sentido" hacer una instalación "maravillosa" si tienes "al lado un aeropuerto tan importante y con tanto tráfico como el de Alicante". "Ahora el problema es pagarlo", asevera.

Barón ha recordado también que el desarrollo del Corredor Mediterráneo fue una de sus primeras prioridades durante su etapa como ministro, junto al desarrollo de las cercanías en las grandes ciudades y el establecimiento de frecuencias que no superaran las cuatro horas en trenes de día.

Además, apostó por el desdoblamiento y la electrificación, así como por la construcción de la penetración del ferrocarril en Andalucía por Puertollano hasta Córdoba, y la variante que ha unido el noroeste de España.

En este momento, cree que la situación "se ha ido un poco de las manos" después de lo que se consiguió negociar en Europa hasta ser "los más modernos". Ahora, explica, se plantea el problema del mantenimiento de las infraestructuras públicas.

"Todo el mundo se apunta a inaugurar obras, vías aeropuertos y demás, pero el mantenimiento es costosísimo, por ejemplo, en trenes de alta velocidad", declara. Ahora que han cambiado "las tornas" en la relación con Europa, esto "es algo muy importante.

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Más europa, ¡UNIDA!'

Barón ha reconocido que escribió el libro al comprobar que la gente joven le preguntaba por qué su generación hizo lo que hizo durante la transición, cómo era España en aquel momento o por qué se entró en Europa. "Pensé que tenía el deber de explicarlo y de dar un testimonio de primera mano", ha matizado.

A lo largo del libro, Barón desgrana su vida como si fueran escenas retratadas en "cuadros", y relaciona los pasajes con la evolución de la historia de España, de Europa y del mundo.

En la obra, el ex presidente del Parlamento Europeo deja claras las dos aspiraciones de su vida política, que pasaban por el hecho de que España podría llegar a ser un país democrático y que la construcción europea era un elemento importante de su evolución.

Barón, quien ha recordado que su madre era de Totana, también desgrana en su libro algunos pasajes de su relación con la Región, como los veranos que pasaba en Alhama de Murcia o cuando aprendió a nadar en una charca de riego de La Ñora.

Asimismo, rememora pasajes de su historia como su infancia en un colegio de los Escolapios de Madrid que más tarde descubriría que fue una antigua cárcel republicana y franquista. Desde ese momento, explica supo que su vida "debía de orientarse a evitar que eso se repitiera".

De su etapa universitaria recuerda el peso que tuvo para él el movimiento europeo de 1962 y la reunión de los partidos de oposición al régimen de Franco en Munich. Desde entonces afirma que estuvo convencido de que superar la herencia franquista estaría estrechamente ligado al retorno de España a Europa.

El libro también hace un repaso de su experiencia durante la legislatura constituyente y de su papel en el desarrollo de la Ley de reforma fiscal, "primer paso de los Pactos de la Moncloa", afirma. Barón ha reconocido que esta reforma se ha erosionado con el paso del tiempo, y ha criticado que se sigan "desmantelando" aspectos fundamentales de la misma.

En este sentido, destaca que las dos únicas reformas de la Constitución española que "nos hemos atrevido a hacer" están "estrechamente ligadas con Europa", en el caso de la aprobación del sufragio de los ciudadanos europeos residentes en el país y el "freno a la deuda".

Precisamente, ha considerado que esta segunda reforma era "bastante razonable", pero ha criticado que se hizo "con nocturnidad y alevosía", llevado a cabo "una mala copia de una reforma que en Alemania se debatió durante cinco años".

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