"¡Vándalos!", exclaman dos indignadas rocas ante el "estropicio" que han causado los humanos en el Monte Rushmore, uno de tantos chistes gráficos que jalonan Realidad a la piedra, libro de viñetas firmado por el humorista Joaquín Reyes que armoniza la reflexión humana con su característico humor "tontuno".

"Un día me descubrí dibujando rocas que vivían situaciones humanas", declara Reyes, para quien las prosopopeyas que componen el libro, editado por Mondadori, son solo "una excusa para hablar de los hombres".

La introspección existencial llegó más tarde: "Hemos heredado piedras y, cuando nos vayamos, no dejaremos más que piedras a las generaciones venideras".

Las rocas protagonistas de Realidad a la piedra recrean situaciones convencionales de la vida, como amores imposibles, infidelidades, el acceso a las discotecas o la compra de una casa, y casos más extremos como secuestros, ruedas de reconocimiento o reuniones de alcohólicos anónimos, entre otros.

Sin embargo, sostiene Reyes, pese a que las rocas repitan los defectos de las personas, conservan la misma dignidad, "y en ocasiones más, porque ¿quién es más digno: un dolmen o Mariano Rajoy?".

El autor también ironiza sobre su extenso trabajo de campo de documentación para este libro: "He visitado la Catedral del Mar de Barcelona y La Ciudad Encantada de Lugo: la verdad es que no he parado", dice entre risas.

"De este modo, la gente puede decir, 'este muchacho tiene más o menos gracia, pero hay que reconocer que se lo ha currado'", continúa.

Realidad a la piedra es un libro que evita bromear sobre la crisis: "No me gusta hacer chistes de la actualidad", explica Reyes, si bien se ha permitido un resquicio de crítica social en la viñeta de la contraportada, en la que un fósil afirma con entusiasmo: "¡Lo mejor está por llegar!"

El ritmo de trabajo para confeccionar el libro ha sido de "un chiste al día", confiesa el cómico, algo que para él "es mucho, aunque quizá alguien más exigente considere que es poco", para un libro que él considera "divertido y que además huele muy bien".

El cómico ha reflexionado también sobre los tres tipos de humor que se cultivan hoy en España. Uno, "más costumbrista", que encaja con los sketches de José Mota;, otro, "surrealista", que se atribuye a sí mismo y a Ernesto Sevilla, su compañero en La hora chanante, Muchachada Nui y Museo Coconut; y el "posthumor incómodo", que han popularizado Vengamonjas, Miguel Noguera y Nacho Vigalondo "en alguno de sus trabajos".

Reyes admite que en ocasiones los críticos le han etiquetado dentro del "posthumor", pero defiende la incomodidad en el espectador que puede llegar a buscar con sus chistes a partir de la "extrañeza", si bien para él todos los humores "surgen con el objetivo común de hacer reír a la gente".

Con su libro anterior, Ellos mismos, Reyes saldó "la deuda" con sus personajes más representativos, como Super Ñoño o Enjuto Mojamuto, aunque a veces tiene que rescatarlos para nuevos espectáculos, como Que me aspen, la nueva función de su autor que se estrena en el teatro Cofidis de Madrid el 5 de octubre.

Reyes se lamenta de que el show tenía que haberse estrenado en septiembre, pero una operación de apendicitis le obligó a posponer la apertura: "Ahora estoy en dudas, a ver si el talento acumulado estaba en esa parte de mi cuerpo y ya no soy gracioso".

El cómico, a la espera de que la cadena Neox estrene la tercera temporada de Museo Coconut y su colección de chistes televisivos Retorno a Lilifor, prepara un nuevo programa junto a Ernesto Sevilla, mientras trata de publicar un libreto para el cine, "un cúmulo de 'sketches' con un hilo argumental en el que interpretamos a varios personajes, como en La vida de Brian".

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