El Hospital San Juan de Dios activa un protocolo que reduce tiempo de diagnóstico de fracturas de escafoides

Un equipo de radiólogos del Hospital San Juan de Dios de Aljarafe, en Sevilla, ha puesto en marcha un protocolo para diagnosticar con mayor rapidez y eficiencia las fracturas ocultas de escafoides, es decir, aquellas en las que aunque la primera radiografía es negativa existen sospechas clínicas de fractura.

Un equipo de radiólogos del Hospital San Juan de Dios de Aljarafe, en Sevilla, ha puesto en marcha un protocolo para diagnosticar con mayor rapidez y eficiencia las fracturas ocultas de escafoides, es decir, aquellas en las que aunque la primera radiografía es negativa existen sospechas clínicas de fractura.

En el nuevo protocolo se complementa la segunda exploración radiográfica con una resonancia magnética (RM) si la radiografía continúa siendo negativa, con lo que se obtiene un diagnóstico preciso en menos de 15 días, mientras que con el protocolo tradicional pueden ser necesarias hasta seis semanas para confirmar o descartar la fractura.

El escafoides es un pequeño hueso de la muñeca básico en el movimiento de la misma. La fractura de escafoides es típica de las recepciones con las manos de fuertes tiros de balón en el fútbol, pero sobre todo se producen con las caídas apoyando la mano sobre el suelo. A pesar de ser la lesión más común del carpo, es muy difícil de diagnosticar porque puede no ser visible en las radiografías que se efectúan rutinariamente y de inmediato tras la caída.

El protocolo alternativo, creado por un equipo dirigido por la doctora María Dolores Moreno, aporta importantes beneficios tanto para los pacientes como para el propio centro hospitalario, ya que, según Moreno, "mejora sustancialmente la atención médica sin incurrir en más costes e incluso reduciéndolos hasta en un 13 por ciento en los casos en los que antes era necesario realizar un TAC".

Para la doctora, miembro del Servicio de Radiología de este hospital, una de las ventajas más destacables del protocolo es que "a los 10 o 15 días el traumatólogo ya sabe a ciencia cierta si el paciente tiene o no fractura y puede darle un tratamiento específico". Con el protocolo tradicional, cuando el clínico sospechaba que existía fractura aunque la radiografía fuera negativa, se procedía a la inmovilización de la muñeca con una férula y a una nueva revisión radiográfica a los 10-15 días. Si los problemas del paciente persistían, pero la radiografía seguía siendo negativa, se realizaba un TAC, una prueba que supone importantes costes y un alto grado de exposición a la radiación.

Con la introducción de la resonancia magnética en el proceso se evitan posteriores consultas, sucesivas radiografías y exploraciones por TAC, con lo que eso supone en la reducción de los costes. Además, al haber optimizado los parámetros de la resonancia, la prueba se lleva a cabo en 15 minutos y no supone ningún tipo de exposición a la radiación.

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