La berrea de los ciervos ofrece al final del verano un espectáculo sobrecogedor en Extremadura

La berrera de los ciervos ofrece al final del verano en Extremadura "uno de los espectáculos más sobrecogedores de la naturaleza", con este ritual animal en el que los ciervos "braman con fuerza rompiendo el silencio de montes y dehesas extremeñas con el objetivo de atraer a las hembras y reproducirse".

La berrera de los ciervos ofrece al final del verano en Extremadura "uno de los espectáculos más sobrecogedores de la naturaleza", con este ritual animal en el que los ciervos "braman con fuerza rompiendo el silencio de montes y dehesas extremeñas con el objetivo de atraer a las hembras y reproducirse".

Extremadura cuenta con varios espacios protegidos, como la Reserva del Cíjara, el Parque Nacional de Monfragüe, el Tajo Internacional o el Geoparque Villuerca-Ibores-Jara, donde se puede presenciar el espectacular bramido de los ciervos.

En una época en la que el verano marca sus últimos compases mientras los colores del campo extremeño dejan ver tonos amarillentos, rojizos, marrones y ocres, en el momento en que "los montes y dehesas ofrecen un espectáculo sensorial impactante", como es la berrea.

Miles de ciervos rompen el silencio con sus bramidos, que retumban en las sierras y valles buscando impresionar a las hembras y advertir a otros machos en su ritual reproductor.

Extremadura es un lugar idóneo para maravillarse con este espectáculo, en el que el final del verano y el inicio de las lluvias marcan el comienzo de este ritual animal, que se prolongará hasta mediados de octubre, según Turismo de Extremadura.

Aunque no existe una fecha concreta para el inicio de la berrea, puesto que varía en función de factores como el clima, la escasez o abundancia de comida disponible, el momento del celo suele encuadrarse entre finales de agosto y mediados de octubre.

En este tiempo, y especialmente en los amaneceres y atardeceres, es posible no solo disfrutar y asombrarse de los sonidos que emiten ciervos y venados, sino también presenciar encuentros de grandes grupos de animales y peleas o buscar sus huellas en la naturaleza; por ejemplo, al frotarse contra las cortezas de los árboles o al levantar la tierra para marcar en el terreno signos de su presencia.

En Extremadura se puede asistir a la berrea en diferentes reservas y parques naturales que, además, cuentan con centros de interpretación, observatorios y empresas y guías especializados, entre ellas, la Asociación de Guías Profesionales de Ornitología y Naturaleza (Guidex) y la Asociación de Empresarios de Turismo Activo, que ayudan al visitante en la aventura de vislumbrar y, sobre todo, escuchar la potente llamada de los ciervos.

Lugares para presenciarla

Entre los lugares destacados para experimentar las sensaciones que produce la berrea está la Reserva Regional del Cíjara, en la provincia de Badajoz, un espacio protegido de más de 22.000 hectáreas entre los términos municipales de Herrera del Duque, Helechosa de los Montes y Fuenlabrada de los Montes, gestionado por el Gobierno de Extremadura.

Para facilitar el acceso de los visitantes que acuden atraídos por los sonidos de la naturaleza se ha habilitado un observatorio de la berrea desde el que contemplar no solo ciervos, sino también jabalíes, corzos, gamos y multitud de aves como el buitre negro, el buitre leonado, el águila real o el águila culebrera.

Además del Cíjara, de norte a sur de Extremadura existen numerosos lugares muy recomendados para escuchar los fuertes bramidos de los ciervos, como el Parque Nacional de Monfragüe, el Parque Natural Tajo Internacional, el Geoparque Villuecas-Ibores-Jara, las Hurdes, la Sierra de San Pedro, la comarca de Tentudía y la zona de Hornachos.

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