Veto al carrito en el bus pese a la nueva ley

La ley dice que los carritos pueden subir desplegados, la realidad muestra lo contrario. (SERGIO GONZÁLEZ)
La ley dice que los carritos pueden subir desplegados, la realidad muestra lo contrario. (SERGIO GONZÁLEZ)
SERGIO GONZÁLEZ
La ley dice que los carritos pueden subir desplegados, la realidad muestra lo contrario. (SERGIO GONZÁLEZ)

Malas caras es lo menos que siguen teniendo que aguantar los padres que intentan subir a un bus con un carrito de bebé.

Pese a que la Comunidad aprobó que, desde el 1 de enero, los cochecitos podrían subir desplegados a los autocares , la realidad es bien distinta: la medida aún no ha entrado en vigor.

Padres y cuidadores denuncian que sus desplazamientos todavía dependen de la voluntad del chófer.

Lo sufren, entre otros, Olga Magaña, que ha visto cómo un conductor le ha prohibido subir con Roberto, el bebé de seis meses que cuida.

La decisión de permitir el acceso a los carritos fue aprobada en septiembre, aunque el reglamento aún no ha sido modificado, a falta de informes del Consejo Económico y Social.

La flota de buses no tiene espacio habilitado para los carricoches

A esto se une la polémica sembrada por UGT, que ve "problemas de seguridad" en la medida.

"Si se dejan subir carros, debería haber otro trabajador, además del conductor, para vigilar que no pase nada", asegura Carmen López, del sindicato.

Además, y según esta organización, "la flota de buses no tiene espacio habilitado para los carricoches".

Mientras, el criterio de acceso es del chófer. "Si el coche va vacío, dejo que se suban, pero si va lleno, alguien puede caerse encima del niño", explica Francisco Martínez, un veterano de la EMT.

En Barcelona y Bilbao se permite el acceso de carritos desde hace tiempo. Pero los buses están preparados. Tienen rampas para subir y/o bajar y espacios con cinturón de seguridad.

Padres, conductores y viajeros, enfrentados

  • Silvia Garrido. Ama de casa, 28 años: "Los viajeros se mosquean"

Cuando pasea a su hija Luna, Silvia tiene "verdaderos problemas de movilidad".

"Si intento subir el carrito, los viajeros se mosquean y el conductor me mira mal. A la gente le molesta que subas, y si me dejan, lo tengo que plegar. El Metro no es alternativa por las escaleras y el taxi, menos aún, porque sin silla adaptada no te cogen".

  • Pedro Morales, Conductor, 40 años

"No suelo dejar que suban, porque si hay un frenazo, alguien puede tropezar y caer sobre el bebé; también considero que a la gente mayor le puede molestar".

  • Julio Irisarre, Estudiante, 22 años.

"Los cochecitos son un incordio. Entiendo que puedan subir a los autocares, aunque para los pasajeros es incómodo que vayan desplegados".

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