¿Qué cambiará en Madrid si al final gana los Juegos de 2020?

  • 20 minutos analiza las posibles 20 consecuencias (10 positivas y 10 negativas) que traerían los Juegos.
  • La ciudad ganaría en imagen y atraería 800.000 turistas. Podrían crearse hasta 150.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos.
  • Sin embargo, apenas se modificaría el aspecto de la urbe.
  • En el otro lado de la balanza está su coste (1.600 millones de euros) y la creación de "elefantes blancos" (infraestructuras que luego no se aprovechan).
Logo de la candidatura olímpica Madrid 2020.
Logo de la candidatura olímpica Madrid 2020.
Logo de la candidatura olímpica Madrid 2020.

Barcelona 92 es el espejo en el que se mira Madrid 2020. Los Juegos Olímpicos de aquel año significaron para la Ciudad Condal una auténtica revolución, ubicándola de forma signficativa y destacada en el mapamundi y cambiando por completo su fisonomía e infraestructuras.

La capital, 20 años después, quiere seguir este mismo camino, aunque, comparando,  la situación de ambas ciudades es muy distinta. Barcelona 92 suponía una inversión enorme, pero asumible, dada la época de 'vacas gordas' de la economía española (finales de los 80), mientras que Madrid 2020 apuesta por la austeridad en un contexto de crisis económica y paro desbocado.

Además, no hay que olvidar Juegos como los de Montreal 76, Atlanta 96 o Atenas 2004, que causaron más problemas que beneficios a la ciudad anfitriona, aumentando su deuda y perjudcando su imagen exterior. Así que, en el caso hipotético de que Madrid 2020 consiga ganar la partida a Estambul y Tokyo este sábado en Buenos Aires (cuando se decidirá el nombre de la ciudad ganadora), la pregunta clave será, ¿y ahora qué?

Los diez posibles efectos positivos...

  • Cambios urbanísticos. Las infraestructuras están finalizadas al 80%. Además, la mayoría de los cambios en la fisonomía de la ciudad tuvieron lugar durante el 'boom' inmobiliario (túneles de la M-30, Madrid Río, ampliación del suburbano, peatonalizaciones, sedes...). La construcción de una Villa Olímpica al este de la urbe y algunas paradas de metro y tren serían las únicas novedades.
  • Estadio Olímpico. La única sede de renombre que falta por construir (o, más bien, reformar) es el Estadio Olímpico de La Peineta, cuestión que todavía hay que resolver con el Atlético de Madrid. También habría que cubrir Las Ventas con una cúpula. Todavía no se sabe cómo, ya que el último intento fue un fiasco.
  • Marca Madrid y Marca España. En un momento desesperado y muy difícil para conseguir financiación, los Juegos Olímpicos serían la oportunidad perfecta para atraer inversiones y vender una imagen de fiabilidad y eficiencia. Claro, que en el caso de que algo saliera mal (un atentado terrorista, errores de organización...) la ocasión publicitaria podría tener el efecto contrario.
  • Impulso para el deporte. Los Juegos Olímpicos de Barcelona supusieron el inicio de la edad dorada del deporte español. A buen seguro, Madrid 2020 supondría un nuevo impulso para la práctica deportiva y ¿quién sabe?, tal vez vivir una segunda edad de oro.
  • Más turistas. Unido al punto anterior. Conseguir transmitir una imagen atractiva de la ciudad y con una identidad única contribuiría a aumentar la llegada de turistas internacionales. Un número que, por cierto, el último año se redujo un 10,7% en Madrid. Se dice que con los Juegos vendrían 800.000 turistas extranjeros que gastarían cerca de 600 millones de euros.
  • Impulso para la economía. Así, la obtención de los Juegos supondría, según la organización, un impacto global de 3.900 millones del euros, un 0,4% del PIB anual.
  • Ayuda para otras ciudades. No solo Madrid. Ciudades como Barcelona, Valencia, Getafe, Málaga, Córdoba o Paracuellos del Jarama también se verían beneficiadas al ser subsedes olímpicas.
  • Creación de empleo. En un principio el Ayuntamiento de Madrid prometió 320.000 puestos de trabajo, aunque después se redujo la cifra a 150.000 (incluyendo los indirectos).
  • Optimismo. Corrupción, paro, crisis, desconfianza en las instituciones... España (y, por ende, Madrid) y sus ciudadanos llevan cinco años sumidos en una profunda depresión que se vería aliviada con la llegada de una noticia como los Juegos.
  • Confianza futura. El hecho de organizar unos Juegos Olímpicos aumentaría la visión de Madrid como ciudad de eventos, lo que redundaría en beneficio de los madrileños. Después de los Juegos, habría más torneos, más mundiales, más conciertos, más festivales..

Y los diez negativos...

  • Recortes sociales. En un contexto de paro (más del 20%) y con una deuda mastodóntica (el Ayuntamiento de Madrid es el más endeudado de España) muchos dudan de que sea el mejor momento de meterse en un proyecto de tal envergadura. Se teme incluso que la financiación se consiga a cuenta de más recortes sociales.
  • Elefantes blancos. Los elefantes blancos (estructuras que se crean para un evento y que luego no se utilizan) también preocupan. En Madrid ya hay varios ejemplos, como la Caja Mágica, construida en 2009 y que apenas organiza actividades a lo largo del año.
  • El costo. Organizar los Juegos costaría 2.419 millones de euros. Se autofinanciarían con los patrocinios privados, la venta de entradas y los derechos de televisión. Aún así, las administraciones (Ayuntamiento, Comunidad y Gobierno) deberán aportar 1.594 millones de euros a fondo perdido... y rezar para que el retorno esperado de la inversión se produzca.
  • Molestias para los ciudadanos. El turismo traería más dinero, pero también más molestias: transportes colapsados, falta de hoteles...
  • Seguridad. Los Juegos Olímpicos pondrían a Madrid en la diana de las bandas terroristas de medio planeta. Munich o Atlanta ya sufrieron atentados.
  • Subida de precios. Con la masiva llegada de visitantes aparecería la picaresca, y los empresarios podrían aprovechar para hacer su "agosto" aumentando los precios. Por ejemplo, Fotocasa.es asegura que el precio del alquiler en Madrid subirá un 25% si se conceden los Juegos.
  • ¿De verdad daría buena imagen? Algunos medios internacionales ya han criticado que Madrid y España se lancen a celebrar "la fiesta olímpica" cuando aún queda una enorme deuda por pagar y cuando los bancos españoles han tenido que ser rescatados por el resto de Europa. De hecho, Roma se retiró de la carrera olímpica por este mismo motivo.
  • Especulación y corrupción. Algunas organizaciones, como el 15-M, critican la especulación que traerían consigo los Juegos Olímpicos, que seguramente contribuirían a la inflación de una nueva burbuja inmobiliaria.
  • Los beneficios no se repartirán. Los múltiples beneficios que traerían los Juegos podrían no repartirse entre todos los ciudadanos por igual, sino entro unos pocos privilegiados (empresas, contratas, políticos...), lo que aumentaría la desigualdad social.
  • Posible vuelta de la crisis económica. Ya ocurrió en el 92. Tras los Juegos de Barcelona y la Expo de Sevilla, España sufrió una brutal recesión que elevó el paro hasta cotas muy parecidas a las actuales.

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