Las pruebas médicas han confirmado que se trata sólo de un susto y el diestro ha asegurado que se encuentra "perfectamente para volver a los ruedos" y que este contratiempo le ha servido para hacerse el chequeo que necesitaba.

Al parecer, el torero llevaba un mes poniéndose inyecciones para superar una gripe mal curada y al ver que los síntomas no remitían tanto él como su familia se alarmaron.

El torero, aparentemente recuperado, pero todavía fatigado, volverá a su finca sevillana de "Yerbabuena", su domicilio actual desde que abandonase la casa de La Moraleja en la que vivió 10 años con Rocío Jurado, a la que sigue recordando y añorando "todos los días".