Xàtiva retira el arma al policía detenido por hacerse pasar por agente secreto para obtener favores sexuales

El Ayuntamiento de Xàtiva (Valencia) ha retirado el arma de forma cautelar al agente de la Policía Local detenido por la Guardia Civil que se hacía pasar por un mando de una agencia secreta para captar a mujeres a las que prometía un puesto como agentes secretos si superaban una serie de difíciles pruebas, que incluían favores sexuales y la entrega de dinero y joyas.

El Ayuntamiento de Xàtiva (Valencia) ha retirado el arma de forma cautelar al agente de la Policía Local detenido por la Guardia Civil que se hacía pasar por un mando de una agencia secreta para captar a mujeres a las que prometía un puesto como agentes secretos si superaban una serie de difíciles pruebas, que incluían favores sexuales y la entrega de dinero y joyas.

Según el decreto de alcaldía firmado por el alcalde, Alfonso Rus, se ha procedido a esta retirada tras ser informado el consistorio de que el agente había sido detenido "por presuntos delitos de estafa, amenazas, abuso sexual en grado de tentativa, usurpación de funciones públicas o intrusismo, y delito contra la seguridad del tráfico".

El Ayuntamiento, que indica en el decreto que la instrucción de este caso la realiza la Policía Judicial de la Guardia Civil de Gandia dado que la detención se produjo en la localidad valenciana de de Bellreguard, ha retirado el arma al policía al menos "hasta el esclarecimiento de los hechos".

Según la Guardia Civil, el agente policía local de profesión, tiene 56 años y en el registro practicado en su domicilio se han incautado de varias armas de fuego, pistolas simuladas y diversos dispositivos electrónicos que mostraba a sus víctimas para convencerlas de su condición de agente secreto.

Investigado desde principios de mes

La operación se inició a comienzos de este mes, cuando la Guardia Civil detectó la posible existencia de una persona que podría estar haciéndose pasar por agente secreto sin conocer exactamente el motivo por el que lo hacía. Fruto de las indagaciones realizadas se pudo comprobar que se trataba de un hombre que se hacía pasar por mando de una agencia secreta, que prometía a sus víctimas un puesto de trabajo como agentes secretos, para lo que tenían que ser sometidas a una serie de pruebas en diferentes fases con la finalidad de conseguir el trabajo.

Las supuestas candidatas eran engañadas con la promesa de que, una vez hubiesen superado dichas pruebas, percibirían un sueldo de 1.900 euros mensuales. El autor enseñaba a sus víctimas fotografías e insignias militares, videos con secuencias bélicas, diferentes dispositivos electrónicos, así como las armas que poseía, con el fin de convencerlas de su condición de agente secreto.

También se ocupaba de indicarles las diferentes fases que tenían que ir superando y en una de ellas les requería a sus víctimas que les entregase la mayor cantidad de oro de las que dispusieran, llegando a proponer, como última prueba, favores sexuales.

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