Homenaje en París a Charles Ratton, que inyectó el amor por el arte primitivo a las vanguardias

  • El apasionado coleccionista francés convenció a los surrealistas de la belleza "refinada y violenta" del arte "salvaje" africano, asiático y americano.
  • El Museo Quai Branly dedica al entusiasta coleccionista la exposición "Charles Ratton, la invención del arte 'primitivo".
  • La muestra le presenta como abanderado en la defensa de los valores creativos de civilizaciones que eran menosprecidas en Occidente.
La muestra exhibe dos centenares de objetos de la colección de Ratton
La muestra exhibe dos centenares de objetos de la colección de Ratton
© Musée du quai Branly, photo Gautier Deblonde / Photographe: Gautier Deblonde
La muestra exhibe dos centenares de objetos de la colección de Ratton

A estas alturas no hay novedad alguna en el aplauso al arte indígena, nativo o tribal y el reconocimiento de que, en ocasiones, supera al académico en capacidad esquemática, potencia poética y cualidades expresivas. A principios del siglo XX la situación era otra: las máscaras africanas, por ejemplo, eran trofeos coloniales menospreciadas por  "salvajes" y "sin historia". Que la situación cambiase y la injusticia fuese reparada es obra del entusiasmo y la entrega de un solo hombre, el francés Charles Retton (1897-1986).

El museo de etnología parisino Quai Branly acaba de inagurar la exposición Charles Ratton, l'invention des Arts 'Primitifs' (Charles Ratton, la invención del arte 'primitivo'). Otorgar a este experto, comerciante, marchante, difusor y, sobre todo, apasionado coleccionista, la calidad de inventor no es una exageración. Desde que era un joven estudiante de arte y hasta su muerte, Ratton hizo que el arte indígena entrase en los museso y galerías, fuese admirado por el público y analizado por la crítica. Sobre todo, fue el militante que inyectó entre las vanguardias artísticas el mismo ardor que él padecía.

Menospreciado por la Europa colonialista

Trasladado a París desde la natal región de Borgoña para estudiar arte, Ratton empezó a interesarse por el arte africano gracias a las llamada moda negra de los cubistas. En las décadas siguientes, se alió con intelectuales y artistas como André Breton, Pablo Picasso o Paul Éluard para defender a las civilizaciones que la Europa colonialista había decidido menospreciar artísticamente.

"Llevó a cabo una ferviente campaña para cambiar la opinión de sus contemporáneos, imponiéndose como el principal conocedor de este arte y afirmando que merecía el mismo interés científico que el de la Grecia antigua o la Edad Media", declaró a Efe el comisario de la muestra, Philippe Dagen.

"Subversiva y provocadora"

La exposición de París, con más de dos centenares de piezas de arte nativo de África, Asia, Oceanía y las Américas, esculturas, fotografías, catálogos, carteles y dibujos, es algo más que una reunión de una de las colecciones particulares más ricas en la especilidad. Los organizadores quieren homenajear la labor de Ratton como pionero y organizador en vida  de un grandísimo número de exposiciones, entre ellas la de 1930 en la galería del teatro Pigalle de París, considerada como "subversiva" y "provocadora" hasta el punto de que debieron retirarse siete obras por sus connotaciones eróticas.

Hay también un recorrido por el poder de convicción del coleccionista entre los surrealistas, a quienes hizo ver la belleza "refinada y violenta" del arte "salvaje". La exposición destaca la colaboración de Ratton con Man Ray, a quien cedió una figura africana, la Reina Bangwa, para que realizase una sesión de fotos mítica con una modelo cuya palidísima desnudez contrasta con la perturbadora sencillez de ébano de la estatuilla.

Amigo de Picasso, Miró, Dalí...

La entrega del personaje le valió la amistad con los creadores más destacados de las vanguardias: Picasso, Bretón, Miró, Salvador Dalí, Marcel Duchamp y Tristan Tzara destacaron la tarea que se había impuesto como un ideal de vida Ratton, conocido en los círculos artísticos de París como "el marchante de arte primitivo de los surrealistas". La fama del francés y la ilusión que ponía en su vocación saltaron también al otro lado del océano y se convirtió en el mayor prestamista de la exposición African Negro Art, que se celebró en el MoMA de Nueva York en 1935.

El gran abanderado de los artistas indígenas murió en 1986. Antes se había asegurado de legar buena parte su colección personal de objetos al Museo del Louvre. En una paradójica jugada del destino, no fue hasta el año 2000 cuando la gran pinacoteca admitió en sus salones el arte primitivo.

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